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jueves, 25 de septiembre de 2014

LA BENDICIÓN DE UN CIELO EN LA HERMANDAD DE LAS PENAS.

En el Cielo del Oratorio Reina y Madre de la Hermandad de las Penas.

¡No se bendice un techo, se bendice UN CIELO!

Recién ascendida en Cuerpo y Alma eres coronada, siendo ya Reina, por la Trinidad Santa.
Reina de profetas, sacerdotes y reyes; rodeada, arropada por un sinfín de ángeles que anuncian este pasaje.
Reina de reinas, Reina del Cielo y la Tierra, Reina de los humildes y necesitados; todos tus hijos, al lema tuyo de: "Hágase en mi según Tu Palabra".
Aparecen también en este cielo personajes, todos Santos, que se esforzaron en transmitir tus encantos y como Reina y Madre te aclamaron.
El pintor y hermano Raúl Berzosa es tocado, sin duda por el Espíritu Santo al poder realizar tan magna obra, desde luego, se convertirá por todos los tiempos, su obra pictórica en catequesis perpétua de tu Reino eterno, para la mayor Gloria de Nuestro Señor Jesucristo.
Rojos y azules colores destacan, como recobrando a los grandes, Zurbarán, Cano incluso Velázquez en un recuperado barroco potente, simétrico, impactante que hace exaltarse en su contemplación.
La Hermandad de las Penas, defensora de tu preciosa Realeza, base, estandarte y baluarte que propaga entre hermanos, fieles y humanidad entera, con el fín de que todos conozcan tu humildad Madre Nuestra.
Nunca se podrá dejar de escribir de Tí, nunca se podrá dejar de hablar de Tí ni de tu Realeza, porque eres tema inagotable, Tu eres Gloria para nosotros, ¡Tú Santisima Virgen de las Penas!.
Tú que nos enseña  que nadie brille más que nadie, el premio no está aquí sino junto a Ti y a Dios.
Hecho histórico, no dejemos de propagarlo, cuidado con esmero la bendición de este Cielo el 20 de septiembre del 2014, esta Capilla se entiende desde ya en "punta de lanza" en el mundo entero de la dedicación a la Realeza de María Siempre Virgen.

Por: Fabio Antonio Fernández Torres.
Jefe del turno IV "Virgen de las Penas"


Foto: Pascual Pinto Salguero


viernes, 19 de septiembre de 2014

JESÚS DE NAZARET

Libro del año 2007 escrito por el actual Papa emérito Benedicto XVI, os dejo la dirección de página para que lo leáis con interés, os resultará de mucha ayuda.



              http://biblio3.url.edu.gt/SinParedes/08/Benedicto-XVI-Jesus.pdf


Copia la dirección anterior y pegala en la barra del navegador para acceder al libro.








jueves, 18 de septiembre de 2014

Tema de reflexión para la vigilia del próximo mes de octubre

Bienaventuranzas.-VIII.- Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
¿A quiénes dirige Cristo esta Bienaventuranza? ¿A quiénes podemos llamar misericordiosos, cuando la misericordia parece una virtud que sólo Dios puede vivir, que tanta gloria da a Dios?
 Son misericordiosos quienes aman verdaderamente a sus hermanos con el corazón y en el corazón de Cristo y no discriminan a nadie, no juzgan a nadie, no dejan de rezar por nadie, y ofrecen su vida por todos sin esperar nada a cambio.
Son misericordiosos los que tienen su corazón en la miseria moral, física y espiritual de los demás; los compasivos; los que comprenden las debilidades y flaquezas del prójimo y le ayudan a superarlas.
Son misericordiosos quienes no se asustan de ningún mal, conscientes de que en Cristo podemos vencer todo pecado, y saben que hay que vencer el mal con abundancia de bien.
Son misericordiosos quienes, conscientes de su debilidad y de su fragilidad, están abiertos a perdonar a todos los que han procurado hacerles mal. Y los perdonan, aunque los ofensores no reconozcan el mal que han hecho o han pretendido hacer.
Son misericordiosos quienes desagravian a Dios por las ofensas y los pecados de los demás. Tienen el corazón en la pena y el dolor de Cristo, y le acompañan.
Son misericordiosos quienes abren su corazón a las necesidades de los demás, y muy especialmente a las necesidades espirituales. Quienes acogen a todos, no juzgan a nadie, y les ayudan a reconocer su pecado y a pedir perdón. Quienes no condenan a nadie y les animan a arrepentirse de verdad, sin temor, y a pedir perdón de sus pecados.
"No he venido a llamar a justos sino a pecadores" (Mt 9,13). Jesús aceptó la invitación de Mateo a comer en su casa, que se llenó enseguida de publicanos y pecadores. Los fariseos preguntaron a los discípulos por qué comía su Maestro con publicanos y pecadores. Pero fue Jesús el que les respondió: "No necesitan médico los que están sanos, sino los enfermos. Id, pues, y aprended lo que significa: Misericordia quiero, y no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al arrepentimiento” (Mt 9, 10-13).
Cristo, en el episodio de la mujer adúltera, nos da un ejemplo vivo de su corazón misericordioso. Una vez que la mujer admite su pecado, todos los que la acusan quieren apedrearla. El Señor guarda silencio, y después invita a todos a que miren su corazón, su propio pecado.  Cristo no la condena: la deja marchar. Le perdona el pecado, y a la vez le recuerda que ha pecado y  le incita para que no vuelva a pecar (cfr.  Jn 8, 3-11).
Cristo nos ofreció  el supremo acto de misericordia cuando, clavado en la Cruz,  rogó al Padre por quienes le crucificaban y por cada uno de nosotros, porque también sufrió por nuestros pecados: "Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen" (Lc 23, 34).
Esta bienaventuranza señala uno de los más altos grados de Caridad –junto al martirio- que el hombre puede alcanzar en la tierra. Es la manifestación palpable de que el hombre puede amar como Cristo nos ama. El misericordioso realiza en Cristo ese misterio del amor de Dios que san Pablo desvela en los últimos versículos de su canto a la Caridad: "La caridad todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, lo soporta todo" (1 Cor 13, 6). El corazón del misericordioso mantiene siempre vivo en el mundo el reflejo de la llama de amor del Corazón de Cristo.
“Misericordia quiero y no sacrificio” (Mt 9, 13), recuerda el Señor. El misericordioso vive ese regalo de Dios que es el Espíritu Santo, y que Dios ha derramado en el corazón de los hombres (cfr. Rm, 5, 5).
“Dios rico en misericordia; tardo a la ira” (Ex 34, 5-6). Y tiene el corazón en la miseria  y en los pecados de los hombres.        
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Cuestionario

          1.- ¿Juzgo y desprecio a los demás, sin considerar que yo también soy un pecador?
2.- ¿Desagravio al Señor por los pecados de los demás, y pido perdón al Señor por no haber ayudado a muchos amigos a abandonar su vida de pecado?
3.- ¿Perdono de todo corazón las ofensas e injusticias recibidas, y rezo por quienes me han tratado mal y han querido hacerme daño?

jueves, 11 de septiembre de 2014

VIGILIA DE SEPTIEMBRE




QUEDAS INVITADO, ACUDE A LA CITA

El viernes 12 de septiembre a partir de las 20,30 horas, celebraremos la vigilia del turno "Virgen de las Penas" correspondiente a este mes en el Oratorio Santa María Reina de la Venerable Hermandad de las Penas.


El tema de reflexión para esta ocasión, y como en anteriores vigilias, sobre las bienaventuranzas. Nos dijo el Señor: "Bienaventurado los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados", en esta vigilia trataremos en concreto de ésta.

No se debe acudir por comodidad a la llamada de ser cristiano; en cambio, el cristiano debe ser muy activo y llevar a la vida cotidiana, en su quehacer, en su ambiente, la Palabra de Dios, con el ejemplo, perseverando y entregándose, sin publicidad, sin campanitas que suenen, con sigilo, con verdadero amor. 

Deberíamos USAR MUCHO el verbo bienaventurar: YO BIENAVENTURO, TU BIENAVENTURAS, EL BIENAVENTURA, NOSOTROS BIENAVENTURAMOS, VOSOTROS BIENAVENTURAIS, ELLOS BIENAVENTURAN.

Fabio Antonio Fernández Torres.
Presidente del turno IV "Virgen de las Penas"










Entrada destacada

VIGILIA DE ABRIL, Viernes 19 en el Oratorio de las Penas