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jueves, 13 de diciembre de 2018

lunes, 24 de septiembre de 2018

Prioridades Pastorales 2018-2019 de la Diócesis de Málaga.

Ya han sido presentadas las Prioridades Pastorales para el curso 2018-2019 en la diócesis de Málaga, todos los fieles cristianos debemos conocerlas para integrarlas en nuestra actividad diaria y en construir el Reino de Dios.
En el siguiente enlace se encontrareis mayor información, e incluso al final del artículo otro enlace, ya dentro del artículo donde está el texto integro de las prioridades.

Pincha sobre esta frase y accede al artículo de prioridades


viernes, 21 de septiembre de 2018

Reflexión para la vigilia de octubre 2018


Eucaristía y Doctrina Social de la Iglesia IV


La comunidad política (10). CDSI cap. VIII (pp. 191-215).


       Muchos de entre nosotros al oír el término “política” fruncen el ceño, aunque sea interiormente. Para algunos alardear de “a-políticos” es casi un timbre de gloria. Y es verdad que no conviene mezclar la acción apostólica con tomas de posición partidistas en lo político, la militancia en asociaciones de carácter religioso y la militancia en la actividad política profesionalmente asumida, al detentar cargos políticos. También acepto que hemos conocido años en que la política partidista quería infiltrarse en toda la vida humana y manipularla por completo al servicio de sus propios fines. No menos que los altos niveles de corrupción en la “gente de la política” ha suscitado un justificable rechazo y pérdida de confianza en los políticos. No obstante, la política no debe confundirse o reducirse a la militancia en partidos políticos o el desempeño de cargos públicos.

   Dios no ha querido sólo a los seres humanos aislados, ni simplemente agrupados en familias, ha favorecido la tendencia entre ellos a la sociedad, a una agregación más amplia en ciudades y estados, formando comunidades políticas. Dios se presenta como el fundamento último de la “autoridad” por ser el Creador y Conservador del ser humano y del cosmos. El mismo Dios en David elige un rey para su Pueblo, aunque estas autoridades humanas no den la talla para representar el cuidado de Dios sobre sus criaturas. Cristo, como los profetas, ha censurado las conductas egoístas y corruptas de las autoridades de su tiempo, pero se sometió a su autoridad pese a todo, aunque esto le costó la vida. Esta misma conducta observamos en las primeras comunidades cristianas, aun en tiempo de persecuciones: crítica de mal gobierno, rechazo de las leyes injustas, pero respeto de las autoridades en cuanto tales, en el ejercicio de su función y oración por ellas.
       La Biblia y la Historia Sagrada nos muestran claramente cómo la comunidad política de los seres humanos y su estructuración en instituciones y magistraturas es algo querido por Dios, aun a sabiendas del daño que el pecado podía hacer infiltrado en estas realidades y fuerzas políticas. ¿Por qué? Porque la convivencia social de los seres humanos y el ejercicio del servicio público dentro de ella de diversas magistraturas es algo bueno para el bien común y para el desarrollo armónico de los seres humanos. Dios que es Trinidad de Personas en la unidad de la Naturaleza Divina y que nos ha creado para vivir y participar personalmente de esa Naturaleza, para que Él lo sea “todo en todos”, ¿cómo no va a querer que animados por su amor y amistad y guiados por su espíritu participemos ya aquí, en figura, de la harmoniosa comunión y bondadosa jerarquización de su Misterio Trinitario? Esto lo alcanzamos en el plano natural a través de la sociedad política y en el sobrenatural mediante la Iglesia. Ambos planos son autónomos pero persiguen un mismo fin y están llamados a conjugarse y armonizarse por el bien de los seres humanos y su destino.
      En el orden natural toda autoridad ha de regirse por el bien moral y orientar sus esfuerzos al bien común. Las diversas personas que integran la sociedad merecen el pleno respeto de estas autoridades, particularmente han de respetar el campo de sus convicciones morales y religiosas con el único límite del bien común. Los sujetos por ello han de poder ejercer su libertad religiosa y de conciencia e incluso poder excluirse del cumplimiento de ciertos requerimientos de la autoridad en base a su derecho a la objeción de conciencia que no representa un rechazo ni de la autoridad constituida ni de la cooperación al bien común. Lo mismo se puede decir del más radical derecho de resistencia ante autoridades que violen reiterada y gravemente la Ley Natural, siempre desde la proporcionalidad y evitando toda violencia gratuita.
      Entre los sistemas de organización de la Sociedad Civil hoy se suele preferir el democrático; en buena medida, apoyados en la experiencia histórica de los pueblos y contemplando los riesgos  añadidos de otras formas de organización política, que han derivado frecuentemente en graves atropellos de los derechos de las personas y fomentado terribles conflictos entre las naciones. No obstante, ningún sistema político nos puede satisfacer plenamente ni se pueden excluir, por sistema, ninguno que se funde en el orden moral y persiga alcanzar el bien común. 
      Pero para los que vivimos en sistemas llamados democráticos conviene tener presente que ya los griegos señalaban que el gran mal de la democracia era degenerar en demagogia, al mismo tiempo que nos recordaban que para mantener sana una democracia era preciso cuidar mucho en los ciudadanos la virtud cívica. A esto podemos añadir que la base y garantía de la democracia no está en la comunidad política, sino en la sociedad civil. El escrupuloso respeto a cada nivel del principio de subsidiariedad y el estímulo de la vitalidad de los diversos cuerpos intermedios. La política al servicio de la sociedad, no de la ingeniería social, que usa la política y sus recursos de poder para imponer a la entera sociedad las ideas de unos pocos hábilmente infiltrados en los entresijos del poder político. La “politización” lleva a la “burocratización” de la vida social y esto a costes cada vez más insoportables de la “cosa pública” que se traducen en cargas fiscales y endeudamiento.
      La religión se ha considerado durante siglos un factor que dignificaba el tejido social, que ayudaba a hacer más virtuosas a las personas, más responsables, más solidarias y generosas y por eso durante milenios los poderes públicos han favorecido la religión, en general o, las más de las veces, la mayoritaria o la que profesaban las autoridades. La maduración del valor de la persona humana y del respeto de su libertad de conciencia ha llevado a que los sistemas democráticos, principalmente, respetasen la libertad religiosa de los súbditos, incluso su opción por no profesar religión alguna, pero favoreciesen las relaciones de cooperación con las confesiones religiosas como algo bueno para la sociedad y sus principios comunes, incluso favoreciendo las peculiares relaciones de especial colaboración con la confesión mayoritaria en la sociedad o que más hubiese influido en la configuración de la cultura de la propia sociedad civil.
      Los Totalitarismos del siglo XX, apoyados en principios laicistas de las corrientes críticas y revolucionarias del siglo anterior, se mostraron contrarios a la religión como realidad pública, tolerándola tan sólo en nivel privado de la vida. Estos planteamientos han rebrotado en las últimas décadas en el mundo entero. Difícil es no ver en ello la acción de grupos de presión ideológica que actúan mundialmente. Pero la neutralidad política que plantean entre creencia e increencia, con su “laicidad del Estado”, no es tal, es una apuesta por el laicismo de Estado, que es algo muy distinto al Estado aconfesional. Es una camuflada versión del ateísmo de Estado y cuyos instrumentos son las políticas “sociales” (entendiendo por ellas no las de búsqueda de la justicia social o la redistribución equitativa de las rentas, sino las que buscan la destrucción del orden moral cristiano e incluso natural), el control de los medios de comunicación y de las políticas culturales y el monopolio estatal de la educación gratuita o accesible económicamente.
      La vida eucarística alimenta la vida moral y el compromiso social cristiano. La adoración reconstruye, particularmente, la armonía de nuestras relaciones con Dios y con los hermanos. Un adorador no puede ser un “pasota” ante la cosa pública. Con el Magisterio de la Iglesia tenemos que cultivarnos espiritualmente y también formarnos, en lo moral y en lo doctrinal. Hemos de redescubrir la dimensión moral y de caridad cristiana del compromiso político, principalmente por medio de la reivindicación, organización y actuación desde la sociedad civil, pero sin excluir responsables compromisos en la actividad política, en los partidos y en los cargos públicos. Tenemos una especial responsabilidad en nuestros largos tiempos de oración silenciosa, litúrgica o devocional, de orar por las autoridades y magistrados de la sociedad, para que sean honestos y procuren el bien común.

Cuestionario para la oración y reflexión.
     ¿Cumplimos con nuestro deber de orar por las autoridades políticas de nuestro Estado? ¿Lo hacemos conscientes de la eficacia de la oración? 
     ¿Qué iniciativas tomamos a partir de la meditación del Evangelio y de la participación y adoración de la Eucaristía para revitalizar el protagonismo de la Sociedad Civil y de la Iglesia Católica y sus asociaciones en nuestro país? ¿Qué más podemos hacer?
     ¿Hasta qué punto tomamos en serio nuestra responsabilidad de participar en las elecciones y de realizar nuestras opciones desde los principios evangélicos y la enseñanza social de la Iglesia? ¿Qué podemos hacer para mejorar en esto?


miércoles, 1 de agosto de 2018

Vigilia de Agosto, viernes 3 de agosto en el Oratorio de las Penas.


Temas de reflexión
Agosto 2018

Eucaristía y Doctrina Social de la Iglesia.

Eucaristía y trabajo humano (8).

Introducción.     
En su origen, a finales del siglo XIX, la cuestión social se presentó como un conflicto entre “capital” (ligado a la propiedad) y “trabajo” (ligado a la clase obrera). El salto que para la producción supuso la “industrialización” no sólo suponía el respaldo de un desarrollo científico, con la aportación de las máquinas, sino que requería grandes aportes de capital y de mano de obra. Los países o regiones donde la economía hasta entonces imperante, basada en la agricultura y ganadería, el comercio y las antiguas manufacturas, habían permitido el ahorro, vieron aquí un cauce rentable para dar mayor rentabilidad a esas acumulaciones de capital. Allí nació el “capitalismo” y se dio un fuerte impulso a la industrialización. Pero la expansión industrial no sólo requería capital, hacía falta mano de obra, pero a ésta no se le dio un valor equiparable. Si el rendimiento del capital, sus beneficios, se vieron como algo evidente, el aporte del trabajo se consideró más bien como una oportunidad para la subsistencia individual. No se reconocía el derecho del trabajador a beneficiarse de las plusvalías que generaba la producción, que se convertían sólo en rendimiento del capital y capacidad para renovar la maquinaria. La respuesta a esta situación la dieron los llamados “socialismos”, que evolucionan de posiciones más especulativas o idealistas (utopías) a posiciones más políticas (revolucionarias). Pero este socialismo político o pragmático (particularmente el marxista) se centra en la supresión de la propiedad privada de los medios de producción y tiende a un estatalismo que, como la historia ha mostrado, se convirtió en un “capitalismo de Estado”. La vía más socialista, representada por el “anarquismo”, contraria tanto al capitalismo como al estatalismo no consiguió abrirse paso estable en ningún lugar (tal vez, por ignorar la verdad del ser humano herido por el pecado).
La Iglesia nunca se mostró entusiasta ante la emergencia del capitalismo, que como han estudiado sociólogos e historiadores de la economía, se desarrolló más cómodamente en el mundo cultural protestante. Pero, cuando los planteamientos económicos y sus desajustes se convirtieron en conflictos sociales por todos los países cristianos, la voz de la Iglesia se hizo oír. Fue León XIII con su encíclica Rerum novarum (Las cosas nuevas; CDSI p. 138) el primero en ofrecer una visión moral cristiana sobre el análisis de la situación y los conflictos sociales que estaba generando. Desde entonces los Papas no han dejado de aportar al debate social su peculiar aportación, hasta la reciente encíclica Laudato si’ del Papa Francisco. Ni la encíclica de León XIII, ni las sucesivas intervenciones del Magisterio en materia social son un bajar a la arena política o económica por parte de los Pastores de la Iglesia para, en el mismo nivel que “capitalismo” y “socialismo”, ofrecer una “tercera vía” o una “vía media” entre los dos excesos. La enseñanza de la Doctrina Social no es una “alternativa”, es una luz o un enriquecimiento para la reflexión madura y objetiva que se espera de unos y otros, de todos los hombres de buena voluntad. En esta materia, la enseñanza del Magisterio, que habla siempre para ayudar a formar la conciencia y consolidar la fe de los fieles, es también una fuerte defensa del Orden Natural o de Creación, válida para la razón que busca la verdad, válido para todo ser humano de buena voluntad.

Aspectos bíblicos.
           
En este debate concreto, la gran aportación de la Doctrina Social de la Iglesia, que nace de la revelación bíblica (CDSI pp 133-139) es la relación entre el trabajo y la persona, entre el trabajo y la dignidad humana. El nexo entre trabajo y semejanza divina del ser humano, a fin de cuentas. Y esto, necesariamente, obliga a redimensionar en la economía real el valor concedido al trabajo, tanto como a desplegar la importancia del trabajo en el desarrollo integral de la persona, frente a las corrientes hedonistas que denigran el trabajo por la hipoteca de la fatiga y aspereza que el pecado arrojó sobre él (CDSI n. 256, pp 133-134). Al mismo tiempo, el trabajo se presenta sometido u orientado al “descanso divino”, genera riqueza, ayuda a que el ser humano cumpla su vocación, pero no es el fin supremo para él. Su fin se ve proféticamente enunciado y se pregusta en el “descanso sabático” y para los cristianos en la celebración de la Liturgia, singularmente en el Domingo y en la Eucaristía.

La dignidad del trabajo y el derecho al trabajo.
            
Bajo estos epígrafes de la dignidad (CDSI pp. 139-147) y del derecho al trabajo (CDSI pp. 147-153) el Compendio trata multitud de cuestiones desde las relaciones trabajo-capital, pasando por la relación entre trabajo y propiedad privada o el derecho al descanso (al ocio o tiempo libre, diríamos hoy); además, bajo el epígrafe del derecho se tocan las obligaciones del Estado y la Sociedad para asegurar el derecho a un trabajo digno (cuestión hoy candente ante el problema del paro laboral), las cuestiones de conciliación entre trabajo y vida familiar o el salario familiar, la incorporación de la mujer al mundo del trabajo fuera del hogar, el delicado tema de las migraciones o el trabajo infantil, sin olvidar las peculiares circunstancias del trabajo en el mundo rural.

Derechos de los trabajadores y solidaridad entre los trabajadores.
            
Agrupamos aquí nuevamente otros dos epígrafes del Compendio, el de los derechos (CDSI pp. 154-156) y el de la solidaridad (CDSI pp. 156-158). El primero, que trata de la dignidad y respeto de los trabajadores y sus derechos y de lo que se ha de considerar “justa remuneración”, en relación también con la distribución de la renta o el reconocimiento efectivo del aporte del trabajo a la generación de los beneficios, inseparable del desarrollo de la productividad y del trabajo bien hecho. No deja de afrontarse la cuestión del “derecho a la huelga”, que es para el pensamiento socialista un símbolo y un tabú, pero que se ve desde la Doctrina Social de un modo mucho más objetivo y contextualizado. Por lo que se refiere a la solidaridad entre los trabajadores, la cuestión de la opción de “clase” se redimensiona en la larga tradición cristiana que, aprovechando algunas intuiciones ya presentes en el mundo antiguo, supo dar vitalidad evangélica a las mismas creando la red de solidaridad de las “hermandades”. El Compendio plantea junto a éstas y a su versión laica, los sindicatos, nuevas formas de solidaridad destinadas a generar un “nuevo sindicalismo”. San Juan Pablo II con su magisterio sobre el trabajo (encíclica Laborem exercens) y el modelo polaco del sindicato “Solidaridad” han sido propuestas de este desarrollo desde el planteamiento teórico y los intentos de aplicación práctica de estas líneas de desarrollo. Hoy, el sindicalismo socialista (de clase) se encuentra en una profunda crisis de la que se habla poco.

Las “res novae” del mundo del trabajo.
           
Este epígrafe final (CDSI pp. 158-164) trata de tomar en cuenta que hoy vivimos una transformación tanto o más radical de la economía y la sociedad, que la que dio origen a la “cuestión social” y a la “revolución industrial”, la era de las “nuevas tecnologías” y de la “globalización”. Estamos en el ojo del huracán de una nueva era y no es fácil pensar y tomar posiciones. El Directorio habla de una “transición epocal” (nn. 310-316, pp. 158-161). La Doctrina Social de la Iglesia insiste en la importancia de las decisiones humanas (posiciones sociales, leyes, acuerdos internacionales) para salvaguardar los grandes principios, la persona, la familia, el bien común (también a nivel internacional).
La “crisis económica” que hemos vivido en los recientes años pasados obliga a una seria reflexión sobre sus verdaderas causas. Muy probablemente, aun no es una crisis cerrada, pese a la superación gradual de algunos de sus signos más graves, muchos economistas reconocen que la “crisis” es de valores humanos, de principios éticos en la Sociedad. Particularmente grave puede ser el llamado “post-humanismo” o “trans-humanismo”, que con una fe ilimitada en las posibilidades de las nuevas tecnologías sueña un mundo en el que los seres humanos se superan a sí mismos y “crean” unos seres humano-robóticos, que ya no conocerán ni enfermedad ni dolor ni sufrimiento. Unida esta tendencia a la “ideología de género”, que propone seres humanos por encima de la naturaleza (que “optan” entre muy diversas opciones de género), que escapan incluso a la procreación natural (superando así totalmente, dicen, las diferencias entre hombres y mujeres), se nos presenta una realidad social radicalmente nueva, pero digámoslo, donde el ser humano juega a ser un dios. Todo esto tiene su reflejo en la organización del trabajo, aunque va mucho más allá del trabajo y de la misma economía. La revolución de las nuevas tecnologías requiere en todos los campos un fortalecimiento paralelo de los valores morales y éticos, como propugna la Doctrina Social de la Iglesia; de no ser así éstos pueden llevarnos, so pretexto de progreso y más “libertades individuales”, a la mayor tiranía que jamás ha conocido la humanidad.

Trabajo y piedad eucarística.
           
En todo este contexto que estamos presentando y que muestra la importancia y necesidad, para todos los católicos (que tenemos que ejercer nuestras responsabilidades políticas, sindicales y económicas) de una sólida formación sobre la Doctrina Social de la Iglesia, emerge una peculiar aportación de cuantos vivimos de un modo especial la gracia de pertenecer a una asociación eucarística. La participación fructuosa en la celebración y la comunión eucarística, así como muy especialmente los tiempos prolongados de adoración eucarística nos hacen vivir y manifestar el lugar del ser humano en la creación, la justa importancia del trabajo, pero sobre todo, su orientación a entrar en el descanso de Dios. Nuestras Vigilias de Adoración Eucarística, vividas con verdad y profundidad espiritual, son una exaltación del Orden dado por Dios a la creación entera. Una proclamación pública del sentido de la vida humana y del sentido de todas las realidades, que nos rodean. Una defensa del ser humano y su dignidad. Un alegato frente al economicismo y a todas las formas de materialismo. Con razón, a lo largo de la historia del cristianismo la piedad eucarística ha sido siempre fuente de inspiración para una caridad efectiva y un dinamismo apostólico innovador.

Preguntas para la reflexión y el diálogo.

¿Conocemos la enseñanza de la Iglesia sobre el trabajo humano? ¿Quiénes han leído la encíclica de san Juan Pablo II “Laborem exercens”?

¿En tu experiencia como adorador nocturno, de qué modo las Vigilias vividas te han ayudado a vivir el sentido de tu trabajo? ¿Cómo has conciliado las obligaciones del trabajo y las de tu vida cristiana?

¿En qué modo crees que la Adoración Nocturna, como asociación, puede, desde su “carisma”, aportar una ayuda eficaz a afrontar, como comunidad cristiana, los retos actuales del trabajo?


viernes, 6 de julio de 2018

Tema de reflexión para la vigilia de julio 2018 EUCARISTÍA Y FAMILIA

Eucaristía y Familia (7)

Introducción.          
            Tras haber recorrido en meses precedentes la PRIMERA PARTE del Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, dedicada a los fundamentos y principios de la enseñanza social de la Iglesia, entramos este mes en la SEGUNDA PARTE, donde se afrontan los grandes temas actuales y permanentes de la vida social: Familia, trabajo, economía, política, relaciones internacionales (orden mundial), medio ambiente y la promoción de la paz. Abordaremos en este TRIMESTRE los tres primeros.
            De este modo vamos a tratar en este mes la FAMILIA, tema en el que la enseñanza del Compendio se ha visto enriquecida por el pasado Sínodo de la Familia y la exhortación apostólica del Papa Francisco Amoris laetitia del 19 de marzo de 2016.
Creo necesario, antes de abordar este tema desde la enseñanza social de la Iglesia,  invitaros a considerar la situación actual que vive la humanidad ante la realidad familiar, situación diversa de una zona del mundo a otra, pero cada vez más parecida (“globalización cultural”). Hoy, se nos dice a los cristianos: “no podéis intentar imponer vuestro modelo de familia”. Esto da por hecho que no existe un modelo de familia “natural”, vinculado a la Creación del ser humano por Dios. Un modelo que, conocido o no, cuando se conoce sin prejuicios, aparece como particularmente apto para el bien integral de la persona humana. Se nos dice: “hay muchos modelos de familia igualmente legítimos”, sea que emanan de diversos modelos culturales, sea que responden a la libre voluntad de los seres humanos.
            Detrás de estas posiciones no está solamente un relativismo moral o social, hay una negación del hecho de la Creación y una negación de la llamada Ley Natural, ligada a la Creación divina y adecuada a la razón humana. Los cristianos no podemos nunca aceptar este planteamiento que nos arroja al voluntarismo más absoluto y a la negación misma de la Familia. Si todo vale como “familia”, no hay familia. En lugares como España estas ideas tratan de imponerse hasta por ley, desde la Ideología de Género. Pero no terminan de cuajar, porque no es tan fácil arrancar de cuajo casi 2000 años de “cultura cristiana”.
            Pero hemos de ser conscientes de que la Familia hoy no sólo ha de superar los daños que le causan el pecado y las debilidades de los seres humanos heridos por él, sino un poderoso intento ideológico y político, tendente a eliminar del tejido social la Familia. Los católicos hemos de posicionarnos contra toda forma de violencia o discriminación en el ámbito familiar. Hemos de favorecer las iniciativas que protejan el bien de los más débiles en el seno de las familias. Incluso, hemos de respetar las opciones personales que consideramos erróneas, a la hora de plantear la convivencia entre personas en un ámbito familiar. Pero no podemos aceptar la desaparición del modelo de familia que creemos querido por Dios, e inscrito por ello en la misma naturaleza humana, como garantía de su bien integral y del respeto de su dignidad.
La familia, primera sociedad natural (CDSI pp.109-111).
            La primera realidad social que un ser humano conoce es la familia. El ser humano, que al nacer es una de las criaturas más dependientes que existe, tiene un vínculo natural, querido por Dios, con quienes le dan el ser, una madre y un padre. Padres e hijos forman la familia, destinada a acoger y acompañar a cada ser humano que inicia su vida a partir de la unión amorosa de sus padres. Siendo la persona humana el centro, la familia es querida como servicio y como garantía de su dignidad desde el momento de la concepción. Los hijos son un “don”, no un derecho. El derecho es, por parte del ser humano concebido, a tener y ser acogido en su familia, por sus padres y hermanos. Resulta contrario a la concepción cristiana, plantear los hijos como un derecho de los individuos que desean ser padres a su modo. Y esto condiciona necesariamente la manera de legislar sobre las “adopciones” o los modos de llegar a ser padres, con toda la problemática, por ejemplo, de los llamados “vientres de alquiler”.
            Esta primacía natural de la familia sobre otras realidades sociales, implica que las instancias sociales más grandes, municipio, escuela, región, estado…  han de orientarse a ayudar a las familias y no a suplantarlas. La “tribu” ayuda a los padres y hermanos, no los reemplaza, en un justo orden de las cosas. La “patria potestad” tendría que ser considerada con más respeto por el Estado. Se ha de favorecer el ejercicio de la vida familiar, para garantizar mejor los derechos de cada persona desde que viene al mundo y para asegurar una verdadera cohesión y vitalidad en la vida social.
Matrimonio, fundamento de la familia (CDSI pp.112-114).
            El matrimonio de un hombre y una mujer, como alianza libre de la persona entera, para toda la vida y abierta a la vida, es el origen de una familia según la voluntad del Creador. Los pecados de los cónyuges y las legislaciones divorcistas, favorecedoras de la poligamia, o equiparando la unión estable de personas del mismo sexo con el matrimonio de creación, dañan gravemente la naturaleza y pervivencia de la familia y lesionan los derechos de los hijos (cuando los hay). Los cristianos hemos de favorecer siempre las legislaciones que mejor salvaguarden los derechos de la familia y de los hijos.
            Pero en este sentido es muy interesante la aportación de Amoris laetitia (n. 37). No basta para el cristiano y para la Iglesia defender a la familia desde una clara posición moral y legislativa. Es necesario predicar y favorecer pastoralmente el protagonismo de la Gracia, para poder vivir y ofrecer a los seres humanos una familia sana y conforme a la voluntad de Dios. Si el peor y primer origen de los males contra la familia son los pecados de sus miembros, sólo desde la apertura a la Gracia será posible trabajar a favor del Matrimonio y la Familia. Defender el Matrimonio y la Familia implica dar a conocer y favorecer el dinamismo de la Gracia y el papel de los Sacramentos, particularmente del Matrimonio, pero también da Penitencia y la Eucaristía.
Subjetividad social de la familia (CDSI pp. 115-128).
            El modelo primero de la familia es la Trinidad divina como comunión de personas. El amor de Dios es la base de la familia, participado en el amor conyugal, paterno-filial y fraternal. La familia custodia el amor divino en nosotros y, así, vela por la dignidad de la persona. Un amor de entrega mutua y oblación que es necesariamente fecundo y abierto a la vida, desde la responsabilidad. Este amor es también el motor de la responsabilidad educativa de los padres, que no puede ser arrebatada por ninguna otra instancia, sino sólo subsidiariamente completada y apoyada. Como ya hemos indicado anteriormente la familia sirve a las personas desde su concepción y las tutela y acompaña en todos los niveles de su desarrollo y maduración; la custodia de los derechos de los niños se ve reforzada por el amor de Dios que marca el estilo propio de la familia cristiana auténtica.
La familia, protagonista de la vida social (CDSI pp. 128-131).
            La Iglesia apoya, cada vez con más énfasis, el asociacionismo familiar. El Papa Francisco en Amoris laetitia lo ha señalado nuevamente (n.223). Parroquias, movimientos eclesiales, asociaciones específicas, han de ayudar a que los matrimonios y familias cristianas e incluso las familias no cristianas que comparten un mismo ideal, se puedan ayudar mutuamente y se hagan sentir de un modo más eficaz en la Iglesia y en la Sociedad.
            Particularmente merecería ser tenida más en consideración, e incluida en los debates para renovar la vida económica mundial, la enseñanza eclesial sobre las relaciones entre familia y economía. La familia tiene un gran potencial como sujeto de relaciones económicas y laborales. Una economía que mira sólo a los individuos aislados y no tiene en cuenta la estructura familiar de la Sociedad, termina por ser una economía que no respeta ni sirve a las personas.
La sociedad al servicio de la familia (CDSI  pp. 131-132).
            Sería este título la síntesis de la comprensión bíblica y cristiana de la institución familiar. La Sociedad es deudora de las familias y se debe a ellas para poder verdaderamente perseguir el bien común. Una sociedad sin familia se torna un medio insalubre y hostil para las personas. La soledad deja a los seres humanos inermes y expuestos a abusos y manipulaciones, cada vez más agresivos por parte del poder. La crisis de las familias se traduce rápidamente en patologías de las personas y en el desarrollo de individualismos asociales.
Eucaristía y familia.
            Como hemos señalado en su momento la Eucaristía juega un papel clave en el fortalecimiento y crecimiento de la verdadera familia, desde la apertura y la transformación por la  acción de la Gracia de las personas que integran la familia y su núcleo que es el matrimonio.
           El amor conyugal brota y se renueva del amor eucarístico. El mismo Ritual del Matrimonio destaca este nexo Matrimonio-Eucaristía. Pero luego, día a día, la participación en la Misa y la práctica de la adoración eucarística fortalecen esa caridad divina, que es el motor de la vida conyugal y familiar. La participación eucarística nos mueve a participar y nos enseña a crecer en el amor conyugal y familiar.

Preguntas para la reflexión y el diálogo:
  1. ¿Conoces o te esfuerzas por conocer el contenido de las enseñanzas de la Iglesia sobre el Matrimonio y la Familia?
  2. ¿Crees que, a nivel parroquial o de Adoración Nocturna Española, hacemos todo lo necesario para que se descubra la importancia de la “apertura a la Gracia” de cara a la defensa del Matrimonio y la Familia?
  3. ¿Qué iniciativas conoces a nivel asociativo para ayudar a matrimonios y familias ante los retos del momento presente?

martes, 19 de junio de 2018

FIESTA DE ESPIGAS. 2018. VÉLEZ MÁLAGA.


Fiesta de las Espigas 2018

El sábado 14 de julio partiremos para Vélez Málaga para celebrar junto a las distintas secciones de la provincia y turnos de Málaga capital la fiesta de las Espigas 2018, será anfitriona de la festividad la Sección de Vélez Málaga cuya fundación data del 1 de abril del 1911; en dicha localidad se han celebrado dos fiestas de espigas precedentes a la actual, concretamente el 18 de junio de 1966 y el 10 de julio de 1976; ésta actual será su tercera vez y el encuentro tendrá lugar en la Parroquia de San Juan Bautista recientemente remodelada. 

Parroquia de San Juan Bautista
La primitiva Iglesia, gótico mudéjar, se levantó en 1487 sobre una antigua mezquita medieval. A principios del siglo XVI conocerá una remodelación en su fábrica, produciéndose entre 1541 y 1564 una ampliación del templo, construyéndose en esta época su impresionante torre campanario. El templo se estructura con tres naves de seis tramos, siendo la central más alta y ancha, separadas mediante arcos formeros de medio punto, que descansan en pilares en cuyos frentes se adosan pilastras cajeadas. Las grandes reformas que sufrió a mediados del siglo XIX hicieron que se transformara, en su interior y sus portadas, en una iglesia neoclásica. Estas obras fueron impulsadas por el abogado veleño don Federico Vahey, que fue ministro de Gracia y Justicia de Isabel II, que manda construir la capilla funeraria consagrada a la advocación de San Federico, hoy conocida como la del Cristo de los Vigías. La Guerra Civil privó a este templo de importantes esculturas barrocas. En la actualidad se veneran imágenes que  procesionan en Semana Santa, destacando Nuestra Señora de los Dolores, talla de 1750. En el altar mayor encontramos un gran mural, de excelente calidad, realizado por el pintor veleño D. Francisco Hernández donde se contempla un Jesús triunfante, resucitado, rodeado por los cuatro-evangelistas. 

La Adoración Nocturna de Vélez tiene su propia página web que podeis visitar desde el siguiente enlace: http://ane.crediax.es/portfolio.html y con el que podeis conocer más información de la misma.

El Consejo Diocesano de Málaga que organiza el evento pone a disposición de los adoradores que quieran ir en autobús hacia Vélez la salida el día 14 de julio a las 21,30 horas desde el Banco de Santander frente a El Corte Inglés, se pagará tan solo 7 euros ida y vuelta, y deberán de inscribirse en la sede, tlfno. 952222265, recomiendo que llamen de  lunes a viernes de 10,30 a 12 de la mañana para seguridad de que le atiendan personalmente.

El programa será el siguiente estando en Vélez:
22,45 h. Procesión de banderas hacia la parroquia de San Juan Bautista.  Santa Misa con vísperas. Exposición del Santísimo Sacramento. Oración de presentación de adoradores. Rosario.
1,00 h. Primer turno de vela. Sección de Vélez y fieles en general.
2,00 h. Segundo. Turnos del 1º al 39º de Málaga capital.
3,00 h. Tercero. Sección de Arroyo de la Miel, Benalmádena Costa, Fuengirola, Marbella y S. Pedro.
4,00 h. Cuarto. Secciones de Coín, La Cala de Mijas y Ronda.
5,00 h. Quinto. Consejo Diocesano y Presidentes de las Secciones.
6,00 h. Te deum. Laudes. Procesión con el Santísimo y bendición. Regreso y Reserva Sacramental. Cántico a Nuestra Señora.

No hay que llevar el manual del adorador pues esta fiesta se prepara la vigilia con separatas propias.
A los sacerdotes que deseen participara para concelebrar se les ruega lleven alba y estola blanca.

Don Federico Cortés Jiménez
Es el director espiritual de la Adoración Nocturna de Málaga el Rvdo. D. Federico Cortés Jiménez, que en la actualidad es párroco y rector de la Parroquia de la Cala de Mijas, y en la Iglesia de Santa Teresa de Jesús se celebró en 2016 la fiesta de espigas precisamente organizada por el Párroco y el incipiente grupo de adoradores de la Cala de Mijas que en la actualidad se han consolidado con gran fuerza dentro de la adoración eucarística, resultando una jornada de adoración excelente https://goo.gl/RLPEjv

Una fiesta de agradecimiento a Dios por todo lo que nos ofrece cada día, de participación en una jornada donde está presente en Cuerpo y Alma con todos nosotros, el nos regala las espigas de la vida, Él nos da todo el amor y siempre es misericordioso.

Fabio Antonio Fernández Torres
Jefe del turno Virgen de las Penas. Málaga.





RECORDAD: Sábado 14 de julio Fiesta de Espigas en Vélez, los que quieran venir con nuestro turno me lo podeis comunicar a mi personalmente al tlf 652100668 y os hago la reserva en el Consejo.

viernes, 15 de junio de 2018

VIGIIA DE JUNIO

El viernes 15 de junio a partir de las 20,30 horas se celebrara en el Oratorio de la Hermandad de las Penas la vigilia de nuestro turno.
Las intenciones de la misma se aplican por las vocaciones hacia nuestra obra.
Que surgan vocaciones de adoradores eucaristicos en nuestro caso nocturnos.

lunes, 4 de junio de 2018

CORPUS CHRISTI de Málaga 2018

El pasado 3 de junio se celebró la Procesión del Corpus Christi recuperando la salida matutina, de esta forma a las 10,30 partió la comitiva de acompañamiento con representación de Hermandades y Cofradías de pasión y de gloria y otras asociaciones religiosas, una muy buena representación de sacerdotes, seminaristas, también estuvieron presentes los "seises" niños y niñas de primera comunión y los adoradores eucarísticos de Adoración Nocturna de Málaga que portaron la bandera corporativa y en la que hubo un nutrido grupo de adoradores de acompañamiento, el palio de respeto tras la Sagrada Forma en su Custodia fue portado también por adoradores nocturnos, de los cuales iban del turno "Virgen de las Penas"El Sr. Obispo estuvo en todo momento acompañando al Corpus durante la vigilia de adoración del día anterior, la Sagrada Eucaristía y en la Procesión que concluyó entorno a las 13 horas desde donde partió, el Sr, Obispo dio la bendición al finalizar la misma.
Un itinerario muy acertado y un discurrir más agilizado, dando más realce si cabe al paso del Señor por calles como Santa María, Postigo de los Abades, Cañón, Císter, y la tradicional calle Larios; destacar también la colocación de altares tales como el de la Agrupación en la Plaza de la Cosntitución con un montaje en base al trono de la Virgen de la Soledad y Traspaso de Viñeros, adornando el mismo con motivos relativos al Corpus, también destacar el del Señor de la Sagrada Cena donde esta Cofradía se vuelca en montar con mucho decoro.
Durante el recorrido se interpretaron marchas y canciones dedicadas al Santísimo.


Por: Fabio Antonio Fernández Torres


Adorador Nocturno. Málaga

jueves, 5 de abril de 2018

VIGILIA DE ABRIL 2018


Las vigilias del turno Virgen de las Penas normalmente se celebran los primeros viernes de mes en el Oratorio de la Hermandad de las Penas, salvo cuando por motivos de uso de la propia Cofradía, en este caso, el desmontaje de los tronos de la pasada Semana Santa imposibilita celebrar el viernes 6 como está previsto, así que se traslada a celebrar en conjunto con otro turno de la Parroquia de los Mártires a la que pertenecemos, en esta ocasión el viernes 13 a partir de las 21,30 h. en el Santo Cristo de la Salud con el turno Santo Domingo de Guzmán. 

martes, 6 de marzo de 2018

VIGILIA DE MARZO


Conferencia del Cardenal Fernando Sebastián Aguilar en el Retiro de Cuaresma para laicos 2018.

Os dejo las notas que tomé en la conferencia del Cardenal, seguro que os gratificarán. Tuvo lugar en la Iglesia del Sagrado Corazón el pasado sábado día 3 por la mañana, detrás del rezo de las horas y antes de la Exposición del Santísimo; organizado el retiro por la diócesis estuvieron presentes el Obispo, el vicario general, adoradores nocturnos, fieles y algún que otro cofrade para los que estaba dirigido retiro para la preparación de cuaresma 2018.
Cardenal presbítero Fernando Sebastián

Notas de la conferencia del Cardenal Fernando Sebastián el sábado día 3 de marzo del 2018 en la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, dentro del Retiro de Cuaresma 2018 para Laicos organizado por la Diócesis de Málaga.
·       En la luz y felicidad de la Gloria. No solo preparar la Fiesta sino la realidad de nuestro encuentro con el Señor.
·         Símbolo. Ensayo de nuestra vida.
·         Toda la vida es Cuaresma.
·         Preparación real y permanente al encuentro con Jesús Glorificado.
·         Encontrarnos con el Señor resucitado y compartir el gozo y dicha de vivir eternamente junto a Dios.
·         La oración tiene una función importante, eficaz, decisiva; sin oración no es posible levantar el corazón a la meta del encuentro con el Señor.
·         Jesús la practicaba asiduamente, en soledad, en silencio.
·         La oración es superarnos a nosotros mismos acercándonos a Dios.
·         Hay que orar siempre para no caer en la tentación.
·         Orar es hablar con quien sabemos que nos habla (Santa Teresa).
·         Orar es hablar con quien sabemos que nos espera.
·         Orar es anticiparse al encuentro con el Señor.
¿Cómo Jesús ora?
Testimonio de la verdad de su humanidad.
Es la verdad de su encarnación.
Nos enseña a buscar en la intimidad, para buscar en el Padre la fortaleza frente al mal.
Nos enseña el camino de la fidelidad.
Orar siempre para no caer en la tentación.
·         Pedid y se os dará, buscad y encontrareis, llamad y se os escuchará.
·         Orar es descansar en la bondad de Dios.
·         El Padre Celestial nos da el Espíritu Santo, el Corazón, el gozo del Padre, del Hijo, de compartir la riqueza de su divinidad, el abrazo de Dios; Jesús dice: si se lo pedimos al Padre nos da el Espíritu.
Tenemos que reconocer que no sabemos orar, no sabemos traspasar el muro de este mundo para acercarnos a Dios.
El Espíritu nos enseña a orar y nos pone a su altura para poder conversar con Él, como hijos, Abbá, descansando en su amor, ese es el fondo de nuestra existencia.
La gran promesa de Jesús: os enviaré el Espíritu Santo, que os hará estar conmigo como hijos en la Casa de Dios.
La Oración:
Orar es alabanza, alegrarnos de que exista Dios, de que esté con nosotros.
Oración de concordia.
Oración de acción de gracias. Que no se cumpla lo que yo quiero sino lo que Tu quieras.
Oración de petición, sea auténtica, santificadora, según la voluntad de Dios.
Jesús decía: vuestro Padre ya sabe lo que quereis.
Insistencia y perseverancia en la oración con confianza.
Adoración, aceptación.
La Iglesia cumple el mandato de la oración. Orar juntos une, reúne, fortalece.
San Pedro pide a los cristianos oren en todo momento y circunstancias.
San Pablo pide siempre oración antes de sus escritos.

Señor enséñanos a orar:
·         La Eucaristía es la oración primordial de la Iglesia.
·         El Padrenuestro.
En la Iglesia no hay fronteras, ni clases, porque estamos todos en la intimidad de Dios, cada uno somos Templo de Dios.
Los apóstoles con Jesús sentados a la sombra le pidieron que los enseñara a orar y Jesús les dijo cuando oréis hacedlo así..y enseño el Padrenuestro.
Fernando Sebastián desgranó en este momento el Padrenuestro y pausada y ampliamente fue meditando y reflexionando magistralmente cada petición del mismo.
La Iglesia no es de izquierdas ni de derechas, lo que quiere es implantar el reino del cielo en la tierra.
La oración es un programa de vida, es como el fondo musical de nuestra vida.
Algunas acciones para hacer en este tiempo:
·         Recuperar ese trato de por ejemplo: Buenos días a la Luz de Dios, Vaya Ud. Con Dios.
·         La Eucaristía. Entrar en la Misa es entrar en Cristo, asistir a la Misa dominical o con más frecuencia.
·         Lectura del Evangelio. Para orar hay que acercarse a Jesús.
·         Recitar el Padrenuestro y el complemento del Avemaría. María es orante, hágase tu voluntad.

De esta manera podemos vivir nuestra Cuaresma.
La Oración es el dinamismo interior a la verdad de la Pascua de Jesús Resucitado, meta y manantial de nuestra vida.

Fabio Antonio Fernández Torres
Presidente turno "Virgen de las Penas"


jueves, 1 de febrero de 2018

Tema de reflexión para la vigilia de febrero 2018

A continuación os dejo el texto que servirá para la reflexión el día de la vigilia, es deseable lean, mediten con detenimiento, pues la grandeza de nuestra religión católica posee mientras más se
conoce un alcance repleto de amor para el bien de la vida humana y su relación divina. Muy interesante también leer el compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, pincha en el siguiente enlace:

REFLEXIÓN

El designio de amor de Dios para la humanidad marca el título y contenido del capítulo 1º del Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia. La base de la Doctrina social es el Humanismo cristiano, que lejos de precisar negar a Dios para poner en valor al ser humano (como pretende el humanismo ateo), parte del amor de Dios para la humanidad para fundar y manifestar la belleza y dignidad de la persona humana, de cada hombre y mujer que vienen a la vida.
            No toda religión es capaz de engendrar un humanismo. Muchas concepciones religiosas o filosóficas, para nosotros incompletas o erradas, diluyen al ser humano en la naturaleza o lo presentan como un simple esclavo, al capricho de un dios o poder que lo utiliza. El actual transhumanismo (más allá del humanismo), terriblemente pesimista (en lo antropológico), invita a poner la esperanza en la autoinmolación de la humanidad, para dar lugar a una pretendida nueva realidad, que siendo pura hechura humana, llegaría a superar al hombre mismo. Esta fe tecnológica levanta sus cimientos sobre el dar por sentada la visión más reductiva y sesgada de lo que es el ser humano. Hay algo demoníaco en todo esto. Lo mismo hemos de decir de ciertas tendencias ecologistas para las que el problema del planeta es el ser humano y no dudan en sacrificar a éste, con tal de salvar al resto. La encíclica Laudato si’ (24 mayo 2015) del Papa Francisco es una contundente réplica a este ecologismo antihumano.
            Ante los verdaderos y urgentes problemas de las injusticias, las guerras, las hambrunas, la crisis económica, los desequilibrios norte/sur, las migraciones masivas con sus millones de refugiados, la Iglesia tiene que seguir apostando por cada ser humano y su dignidad. Pero ha de tener en cuenta que no puede limitar su acción a asistir, aunque ésta sea una tarea urgente e ineludible, pero tenemos que hacer más. Tenemos que proponer una verdadera esperanza: Jesucristo, evangelio de la esperanza. Éste es el gran tesoro que la Iglesia administra con el encargo de hacerlo a favor de todos y siempre. Y Cristo ofrecido íntegramente. Por eso estamos obligados personal y, sobretodo, eclesialmente a ofrecer y construir la verdad sobre el ser humano y el mundo, sobre su ser y su obrar, su presente y futuro, como la alternativa a las propuestas de los falsos humanismos o del posthumanismo / transhumanismo.
            El Compendio al desarrollar este punto sigue primeramente un itinerario por la Historia de la Salvación: 1º La acción liberadora de Dios en la historia de Israel; y 2º Jesucristo, cumplimiento del designio de amor del Padre. Para entrar luego a analizar conceptos y responsabilidades diversas: La persona humana en el designio de amor de Dios; Designio de Dios y misión de la Iglesia. Viendo estos contenidos se comprende hasta qué punto la Eucaristía, celebrada y vivida a lo largo de cada Año Litúrgico, está totalmente implicada en estos contenidos y ayuda a vivirlos y hacerlos realidad en los fieles y en el mundo.
            La Celebración de la Eucaristía hace presente a Cristo y configura a la Iglesia como su Esposa y Cuerpo, particularmente a través de la Comunión. La Adoración realiza una suerte de recolocación del ser humano ante Dios; nos devuelve a nuestro puesto, su efecto, perfeccionando los actos de fe, esperanza y caridad; posee un efecto redentor y restaurador en quien adora, pero con repercusión, en la misma línea, en su hábitat más cercano e incluso a nivel cósmico.
            La Eucaristía persuade sobre el amor que Dios nos tiene de modo personal y eclesial, no como simple enunciación teórica que se repite, sino como contundente verificación práctica de la misma. En cada Eucaristía (celebrada-comulgada-adorada) Dios entrega su amor, se entrega Él como amor a cada creyente. ¿Cómo no nos estremecemos ante la Eucaristía? Dios dándose, dando a su Hijo en carne y hasta la muerte de cruz. Por eso, la dignidad del hombre, su libertad, su grandeza, se expresan particularmente cuando éste se arrodilla ante la Eucaristía, ante Dios humanado y humillado, ante Dios amor
Papa Francisco
            Cuestionario para la oración y reflexión.

    1.¿Conoces la existencia del Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, preparado por el Pontificio Consejo “Justicia y Paz (BAC-Planeta, Madrid 2005)? ¿Qué uso haces de él?
    2.¿Tu vivencia de la Eucaristía (celebrada-comulgada-adorada) te hace comprender y vivir el amor de Dios? ¿Das testimonio de ello?
    3.¿Cómo ayudar a descubrir la fuerza redentora y creadora que actúa en el Sacramento? ¿Son nuestras actitudes, en la celebración y en la adoración, una ayuda en este sentido?


Entrada destacada

VIGILIA DE ABRIL, Viernes 19 en el Oratorio de las Penas