El Señor por tierras de Galilea hace proezas con su amor infinito, sana a su paso todo tipo de necesidades, son gentes con fe; una multitud que siguen, que quieren ver y tocar al Señor.
Jesucristo día tras día da la buena nueva, les habla con ternura paternal, tiene que buscar y usar lugares para llegar a más gentes, incluso montado en barca y retirado unos metros de la orilla para abarcar más, como pasó en el lago de Genesaret cuando desde la barca de Simón se dirigió a la multitud, fue el momento que le dijo a Simón que era pescador, que desde ahora "serás pescador de hombres", Jesucristo tuvo desde su condición de hombre, dejando de lado su condición divina, que nombrar apóstoles, a los que le otorgó el poder de sanar, el poder de la Palabra, para que promulgaran por todos los pueblos y aldeas el evangelio, y así sanar todas las necesidades y abarcar a todas las gentes.
Que gran tarea la encomendada al humilde pescador, que lo abandonó todo para convertirse en "pescador de hombres", nada tiene ya apego en él más que el servir al Señor, en recorrer como buen apóstol todos los lugares habitados y hablarles del amor que trae Jesucristo, entregado y dispuesto.
Lo rudo y tosco se convierte en humilde y generoso.
¿Cuando tire las redes y seamos capturados, seremos buena pesca o morralla que volveremos al agua para ser devorados por otros peces?
Por: Fabio Antonio Fernández Torres
Jefe de noche del turno Virgen de las Penas,
