Lectura del santo
evangelio según san Mateo (23,27-32):
En aquel tiempo, habló Jesús diciendo: «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos
hipócritas, que os parecéis a los sepulcros encalados! Por fuera tienen buena
apariencia, pero por dentro están llenos de huesos y podredumbre; lo mismo
vosotros: por fuera parecéis justos, pero por dentro estáis repletos de
hipocresía y crímenes. ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que
edificáis sepulcros a los profetas y ornamentáis los mausoleos de los justos,
diciendo: "Si hubiéramos vivido en tiempo de nuestros padres, no habríamos
sido cómplices suyos en el asesinato de los profetas"! Con esto
atestiguáis en contra vuestra, que sois hijos de los que asesinaron a los
profetas. ¡Colmad también vosotros la medida de vuestros padres!»
Palabra del Señor
REFLEXIÓN POR FABIO ANTONIO FERNÁNDEZ TORRES. Adorador Nocturno.
El Señor es claro, cuando tiene que reprochar lo hace cabalmente; en este caso se dirige a los escribas y a los fariseos, les llama hipócritas, parecen justos en apariencia pero por dentro están repletos de hipocresía y crímenes.
La hipocresía es para el Señor inaguantable, lo que menos quiere en el hombre, no basta con aparentar hay que estar comprometidos con la fe, trabajar duro para el sustento personal y también en la fe hay que trabajar duro, no ser un holgazán, un conformista, un ombligo agradecido sin hacer nada, en cambio quiere verdad, amor, entrega y mucha alegría, cada uno con su cruz, pero independientemente del peso de cada cruz vivir perseverante en la fe del Señor, amarlo sobre todas las cosas y amar al prójimo como a uno mismo. Por lo tanto, no cabe la hipocresía ni las maldades ocultas aparentando justicia siendo en realidad un bulo.
El Señor quiere que cambien esa actitud, que no sea apariencia de justos sino que en verdad sean justos.
En nuestro tiempo vemos como la hipocresía es cotidiana, vivimos una época apartada de Dios y a la vez no somos tan trabajadores como quiere el Señor, quizá nos conformamos con hacer poco y es tiempo de hacer mucho, de dar a conocer la fe a los demás, cada uno desde su carisma.
Desenmascarar la hipocresía, hacer ver la mentira en la que viven los que aparentan bondad y respeto y en realidad son falsos, no son transparentes viven una felicidad falsa.
