Necesitamos Adorar a Dios, de ahí sale la fuerza con la que seguimos siendo sus hijos, semejantes a Él. Conseguimos hablar con Él, de hijo a Padre.
El Amor verdadero de Dios se hace realidad en sus obras, todas ellas para que el hombre se instale en su Reino, lugar donde impera el Amor, de la siguiente forma dicha de su Palabra en Cristo Nuestro Señor:
"Un mandamiento nuevo os doy; que os ameis los unos a los otros; que como Yo os he amado, así también os améis los unos a los otros" (Jn 13, 34)".
Una Pintura de la Iglesia de San Felipe Neri de Málaga |
En nuestros días por el ajetreo diario y la infinidad de actividades que se realizan parece que cada vez existe menos tiempo para hablar con Dios, para Adorar a Dios. Ese alejamiento no es posible en un cristiano, leyendo el Evangelio observamos como Cristo siempre encontraba lugar y tiempo de orar, meditar, reflexionar, hablar con el Padre, se alejaba y velaba hasta el amanecer sin ningún entorpecimiento de los asuntos de la vida.
Poner en práctica esta huída voluntaria de lo mundano para hablar con Dios nos refuerza positivamente espiritualmente, no se trata de un pensamiento, de un rezar contínuo, sino de una meditación profunda, una reflexión, un estado espiritual donde recibimos abundantes gracias del Altísimo.
Nuestra fe se refuerza con esta Adoración al Santísimo y el gozo que recibimos en una velada, o vigilia con Él es inmensa.
Sólo la fe no basta, al unísono debe de mostrarse la Caridad que nos muestra el Señor, las obras que tenemos que hacer para conocerlo verdaderamente, esto nos dijo el Señor en el Evangelio de Juan: "Aunque no me creáis a mi, creed en las obras que Yo hago, para que conozcáis y sepáis que el Padre está en mí y Yo en el Padre" (Jn 10, 38).
Tenemos desde hace siglos los creyentes como camino para mostrar a los hombres el amor que Dios les tiene: las obras de misericordia. (Misión del Corazón). Siete espirituales y siete corporales como sabéis. Pues recordarlas y llevarlas a la práctica son obras para mostrar a Dios, sin esperar nada, sin manifestar nuestra participación, sin buscar el aplauso ni el reconocimiento, la humildad debe prevalecer, porque no se trata de mi ni de ti, sino de Dios, y de su Don.
Toda esta forma de proceder nos lleva a predicar el Evangelio, con la palabra, manifestándola con la caridad, con el amor de unos a otros. Este es el Reino de Dios.
Pienso que si reflexionais en lo dicho aquí os pueda surgir esa necesidad de estar un tiempo dedicado a la Adoración a Dios y con Dios, en la Adoración Nocturna lo puedes encontrar, nos reunimos una vez al mes para ello, y tanto colectiva como individualmente estamos ese tiempo con el Santísimo nuestro Padre para hablar, meditar, reflexionar con Él y adorarle.
Concretamente los segundos viernes de cada mes, a partir de las ocho y media de la tarde en el Oratorio Santa María Reina de la Hermandad de las Penas, de donde tomamos el nombre del Turno, nos reunimos para este motivo, ven a la cita, nada te lo impida.
Fabio Antonio Fernández Torres
del Turno "Virgen de las Penas"
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