En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Tened ceñida la cintura y encendidas las lámparas. Vosotros estad como los que aguardan a que su señor vuelva de la boda, para abrirle apenas venga y llame. Dichosos los criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela; os aseguro que se ceñirá, los hará sentar a la mesa y los irá sirviendo. Y, si llega entrada la noche o de madrugada y los encuentra así, dichosos ellos.»
¿Qué quiere decir el Señor con esto que les dice a sus discípulos, que nos dice a nosotros?
Seamos perseverantes en la fe que nos muestra, sigamos nuestras oraciones y amor al prójimo, con ansia de servicio, con vigilancia de realizar bien todas las cosas, porque de esta forma como nos dice "tendremos ceñida la cintura y encendida las lámparas" para cuando llame y venga nuestro Señor.
Y esta dedicación debe ser en todo momento y lugar, debemos de llevar este camino de servicio y entrega en el corazón y en la mente, como dice el Salmo de hoy:
«–Como está escrito en mi libro–
para hacer tu voluntad.»
Dios mío, lo quiero,
y llevo tu ley en las entraña.
Una perseverancia sin desvanecer, solo así disfrutaremos gozosos porque estaremos sentados en su mesa y nos servirá las delicia de su celestial manjar.
Seamos consecuentes con nuestra fe, sin debilidad, con amor, sin miedos, firmes en la fe, ceñidos a la Palabra, con servicio y lealtad en el camino hacia Nuestro Señor, a nuestra Iglesia, a nuestra Comunidad, con adoración a nuestro Santísimo. Y por supuesto humildes como lo es María Santísima que es nuestra guía en este mar de fe.
Fabio Antonio Fernández Torres
Presidente del turno Virgen de las Penas de la Adoración Nocturna de España.
Málaga.
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