Reproduzco el tema de reflexión, como indica el título va sobre San José, es el artículo completo con las preguntas que cada uno debe hacerse al final de la lectura; como es habitual en estos tiempos de pandemia se harán de forma particular antes del día de la vigilia, cada adorador en su casa, para no sobrepasar el toque de queda establecido en la celebración de la vigilia, de forma que si bien se harán todas las lecturas y oraciones se recortará en el dicho tema que no por ello se trata de suprimir pues es necesario que haga el adorador la lectura y medite sobre la misma en su propio domicilio o en un hueco que encuentre ante un sagrario, actualmente el toque de queda está como sabeis a las 22 horas, así que nos viene muy ajustado de tiempo si empezamos a las 19 horas, por este motivo es lo de hacer la reflexión del mes en casa antes de la vigilia.
SAN JOSÉ
La
Palabra de Dios nos dice de San José: “José,
hijo de David, no temas acoger a María, tu mujer, porque la criatura que hay en
ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás por nombre
Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.” (Mt. 1,20-21).
“José,
levántate, toma al niño y a su madre y huye a Egipto; quédate allí hasta que yo
te avise” (Mt. 2,13).
“Mis
delicias están con los hijos de los hombres.” (Proverbios 8,31).
Que San José nos enseñe a acoger a María y a su Hijo y a adorarlo y llevarlo
adonde Él quiera ir, de la mano de José que como primer adorador en la noche de
Belén, nos hará crecer en intimidad eucarística.
Nos
enseña el Abad de San José de Clairval en “Id a José”: “Los dos
discípulos de Emaús se sintieron abrasados en el amor divino en poco tiempo de
conversación con Jesús, ¡qué llamas ardientes de santa caridad debieron
iluminar el corazón de José después de conversar durante treinta años con
Jesucristo, después de oír las palabras de vida eterna que salían de su boca, y
observar los maravillosos ejemplos de humildad, paciencia y obediencia que le
daba mostrándose tan diligente en ayudarle en todos sus trabajos y servirle en
todas las necesidades del hogar!
El corazón de José no estaba dividido, porque el amor que tenía a su Esposa le
colmaba de amor divino todavía más. Así sin lugar a dudas, José, mientras vivió
con Jesucristo, acrecentó sus méritos y su santidad hasta tal punto que podemos
ciertamente decir que sobrepasó los méritos de todos los otros santos.
La familiaridad, el respeto y la dignidad muy elevada con que Cristo colmó a
San José durante su vida terrena, como un hijo a su padre, no se los retiró en
el cielo; más bien se los completó y llevó al grado más alto.
Acordaos de nosotros bienaventurado José, interceded por nosotros mediante la
ayuda de vuestra oración junto a Aquel que fue considerado como vuestro hijo;
al mismo tiempo, hacednos propicia a la bienaventurada Virgen, vuestra esposa y
Reina de los cielos, donde el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo reinan en lo
infinito por los siglos de los siglos (San Bernardino de Siena).”
Las
preciosas palabras de San Juan Pablo II en REDEMPTORIS CUSTOS - del 15/08/1989, muy
actuales para nosotros, adoradores: “27. La comunión de vida
entre José y Jesús nos lleva todavía a considerar el misterio de la encarnación
precisamente bajo el aspecto de la humanidad de Cristo, instrumento eficaz de
la divinidad en orden a la santificación de los hombres: «En virtud de la
divinidad, las acciones humanas de Cristo fueron salvíficas para nosotros,
produciendo en nosotros la gracia tanto por razón del mérito, como por una
cierta eficacia.
Aún hoy tenemos muchos
motivos para orar con las mismas palabras de León XIII: «Aleja de
nosotros, oh Padre amantísimo, este flagelo de errores y vicios... Asístenos
propicio desde el cielo en esta lucha contra el poder de las tinieblas ...; y
como en otro tiempo libraste de la muerte la vida amenazada del niño Jesús, así
ahora defiende a la santa Iglesia de Dios de las hostiles insidias y de toda
adversidad». Aún hoy existen suficientes motivos para encomendar
a todos los hombres a san José.
32.
Deseo vivamente que el presente recuerdo de la figura de san José renueve
también en nosotros la intensidad de la oración que hace un siglo mi Predecesor
recomendó dirigirle. Esta plegaria y la misma figura de José
adquieren una renovada actualidad para la Iglesia de nuestro tiempo, en
relación con el nuevo Milenio cristiano.
Que
san José obtenga para la Iglesia y para el mundo, así como para cada uno de
nosotros, la bendición del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”.
San
José vivió en su vida lo que nos dice “La Imitación de Cristo” Libro 2, 8: “Cuando
Jesús está presente todo es bueno y no parece cosa difícil; más cuando está
ausente, todo es duro. Si Jesús estuviere contigo, ningún enemigo podrá
dañarte.”
Promesas
del Corazón de Jesús a Santa Margarita M.ª de Alacoque: “Bendeciré
los lugares donde la imagen de mi Corazón sea expuesta y venerada. Pondré paz
en sus familias”. Promesa que se vivió en el hogar de Nazaret de
José, María y Jesús.
PREGUNTAS:
- ¿Qué lugar le doy a San José
en mi vida cristiana y sobre todo como adorador?
- ¿Soy consciente de la
importancia de su patrocinio en estos tiempos como aconsejan los Papas?
- ¿Le encomiendo todas las
necesidades, familiares, sociales y una buena muerte?
- ¿Qué lugar ocupa en mi hogar y
en mi vida interior?
_______________________Acabamos
con esta hermosa oración a san José:
Buenas
noches San José
con tu esposa y con tu niño
vengo a hablarte con cariño
y me tienes que escuchar.
Tres cosas vengo a pedirte
y me las tienes que dar
en el cielo dadnos gloria
en la tierra dadnos paz
y a la hora de la muerte
nos vengas a consolar.
José bendito tú sabes nuestras penas
dile a tu Niño que nos saque de ellas.
¡Oh Niño hermoso!
Que nuestras penas
se conviertan en gozo.
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