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jueves, 16 de noviembre de 2023

AUDIENCIA PRIVADA CON EL REY, SOBERANO SEÑOR SACRAMENTADO

 


Audiencia privada con el Rey
 

Soberano Señor Sacramentado 

          Los adoradores sabemos que nuestro turno, nuestra vigilia es siempre una audiencia privada con el Rey. El Rey de Reyes, cuya fiesta siempre cae en noviembre. Y que tiene una especial importancia para nosotros. 

          Creemos que Cristo es el Señor del cosmos y de la historia. Por derecho de naturaleza (Él es Dios) y por derecho de conquista (Él nos ha salvado). En Él, la historia de la humanidad e incluso toda la Creación encuentran su recapitulación su cumplimiento transcendente.  

          Cristo es Rey, y su reino ha comenzado ya en la Iglesia…"La Iglesia, o el reino de Cristo presente ya en misterio, constituye el germen y el comienzo de este Reino en la tierra". Aunque aún no está acabado. Es rey de hecho, pero no reina aún de hecho en tantas parcelas de la vida humana, de las sociedades… 

          El Reino de Cristo, presente ya en su Iglesia, sin embargo, no está todavía acabado "con gran poder y gloria" con el advenimiento del Rey a la tierra.  Por eso la Iglesia pide, y nosotros hoy: ¡Ven Señor Jesús! 

          Hasta que todo le haya sido sometido y "mientras no haya nuevos cielos y nueva tierra, en los que habite la justicia, la Iglesia peregrina lleva en sus sacramentos e instituciones, que pertenecen a este tiempo, la imagen de este mundo que pasa.  La sagrada Escritura llama "cielos nuevos y tierra nueva" a esta renovación misteriosa que trasformará la humanidad y el mundo. Ésta será la realización definitiva del designio de Dios de "hacer que todo tenga a Cristo por Cabeza, lo que está en los cielos y lo que está en la tierra". 

          Hemos de tener la seguridad de que esta Soberanía de Cristo pasa por su reino eucarístico, por su amor en el Sacramento: 

          No se debe pasar en silencio que, para confirmar solemnemente esta soberanía de Cristo sobre la sociedad humana, sirvieron de maravillosa manera los frecuentísimos Congresos eucarísticos que suelen celebrarse en nuestros tiempos, y cuyo fin es convocar a los fieles de cada una de las diócesis, regiones, naciones y aun del mundo todo, para venerar y adorar a Cristo Rey, escondido bajo los velos eucarísticos; y por medio de discursos en las asambleas y en los templos, de la adoración, en común, del augusto Sacramento públicamente expuesto y de solemnísimas procesiones, proclamar a Cristo como Rey que nos ha sido dado por el cielo. Bien y con razón podría decirse que el pueblo cristiano, movido como por una inspiración divina, sacando del silencio y como escondrijo de los templos a aquel mismo Jesús a quien los impíos, cuando vino al mundo, no quisieron recibir, y llevándole como a un triunfador por las vías públicas, quiere restablecerlo en todos sus reales derechos. (Quas Primas, Pío XI) 

          La Escritura nos proclama con fuerza esta verdad. Cristo es Rey, pero de un modo sobrenatural, Rey sobre cielos y tierra, de individuos y sociedades, pero Rey desde la Cruz, desde la Eucaristía. Jesús es Rey de Amor. 

          Pilato volvió a entrar en el pretorio, llamó a Jesús y le preguntó: « ¿Eres tú el rey de los judíos?». Jesús le respondió: « ¿ Dices esto por ti mismo u otros te lo han dicho de mí?». Pilato explicó: « ¿Acaso yo soy judío? Tus compatriotas y los sumos sacerdotes te han puesto en mis manos. ¿Qué es lo que has hecho»? Jesús respondió: «Mi realeza no es de este mundo. Si mi realeza fuera de este mundo, los que están a mi servicio habrían combatido para que yo no fuera entregado a los judíos. Pero mi realeza no es de aquí».  

          ¡Qué gran privilegio! Nosotros somos -estamos a su servicio no con la fuerza, sino con la oración. Ciertamente éste es un reinado peculiar, pero no menos poderoso. Cristo es Rey y nosotros somos su ejército, sus soldados…testigos de la Verdad: 

          Pilato le dijo: «¿Entonces tú eres rey». Jesús respondió: «Tú lo dices: yo soy rey. Para esto he nacido y he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. El que es de la verdad, escucha mi voz». 

          Muchos otros se burlan hoy de la realeza de Jesús, lo arrinconan cada vez más en plazas, escuelas, hospitales… Lo ofenden con leyes que van contra su Ley. Le coronan de espinas, le dicen “No queremos que reines sobre nosotros”. 

          Pilato mandó entonces azotar a Jesús. Los soldados tejieron una corona de espinas y se la pusieron sobre la cabeza. Lo revistieron con un manto rojo, y acercándose, le decían: « ¡Salud, rey de los judíos!», y lo abofeteaban.  

          Y sin embargo la verdad de su realeza se impone. Ante cobardes y enemigos, ante nuestras defecciones y traiciones: 

          Pilato dijo a los judíos: «Aquí tienen a su rey». Ellos vociferaban: « ¡Que muera! ¡Que muera! ¡Crucifícalo!». Pilato les dijo: «¿Voy a crucificar a su rey?». Los sumos sacerdotes respondieron: «No tenemos otro rey que el César». Entonces Pilato se lo entregó para que lo crucificaran.  

          Pilato redactó una inscripción que decía: "Jesús el Nazareno, rey de los judíos", y la hizo poner sobre la cruz. Muchos judíos leyeron esta inscripción, porque el lugar donde Jesús fue crucificado quedaba cerca de la ciudad y la inscripción estaba en hebreo, latín y griego. Los sumos sacerdotes de los judíos dijeron a Pilato: «No escribas: "El rey de los judíos", sino: " Éste ha dicho: Yo soy el rey de los judíos"». Pilato respondió: «Lo escrito, escrito está». 

          Los santos nos animan, especialmente nuestro fundador, el fundador de la ANE, don Luis de Trelles, santo varón que tuvo muy metido en el corazón este orar por el pronto advenimiento del Reino de Cristo, especialmente en nuestra patria: 

          “En el Tabernáculo, nuestro Gran Rey llama a Sí a los humildes que trabajan y están cargados, para confortarlos y convalecemos. Pero por lo que a nosotros toca, importa meditar acerca de nuestra humilde y noble misión, por más que de ella seamos muy indignos. Disfrutamos la dicha de asistirle y de rendirle solos homenaje cuando otros reposan, puesto que "el Señor parece que duerme, pero su corazón vela". 

          “Qué consuelo para este puñado de indignos servidores del Dios escondido, si consiguiésemos ser escuchados, utilizando la vigilia en implorar por la Iglesia Santa y su visible Cabeza el Papa; por España, por el purgatorio entero, por el mundo pecador, por nuestros parientes, amigos y enemigos, por los moribundos, incrédulos y por aquéllos que Dios quiere que pidamos; por nuestra verdadera conversión que debe ser la primera de nuestras peticiones, porque la Ley de Dios y de perfección es la verdadera meta de este pequeño grupo de adoradores nocturnos del Gran Rey de los siglos, al que nos gloriamos de pertenecer.” 

 

Preguntas:

 ¿Cristo reina sobre mi vida, mi familia, mi ciudad?

¿Cuáles han sido los últimos ataques al Reinado de Cristo en nuestra patria?

¿Confío en que mi oración es poderosa para cambiar esto?  

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