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viernes, 11 de diciembre de 2015

ADVIENTO 2015 por FEDERICO CORTÉS JIMÉNEZ. Director Espiritual de A.N.E.

Cómo siempre nos sorprende Don Federico con su conocimiento y en este pequeño artículo recogido del boletín Velad y Orad del mes de diciembre que edita el Consejo Diocesano, nos abre al conocimiento más hábil del Adviento, dividiendo en dos partes el mismo, una parte con una mirada hacia la venida de Cristo, y la otra hacia la preparación de la venida de la Navidad. Por supuesto y acertadamente nos muestra el papel tan importante de la Madre del Mesías. Dice así:


El adviento es un tiempo en que la comunidad eclesial es convocada a preparar la Navidad, a crecer en la esperanza, a acoger con la fe venida continuada de su Señor, Cristo Jesús,. Es un tiempo hecho sacramento: signo eficaz de la gracia que dios comunica a su Iglesia y de la fe con que la comunidad eclesial acoge este don siempre nuevo de Dios. La historia de la salvación se actualiza sacramentalmente.

Un tiempo que ante todo es de gracia, y a la vez constituye como una formación permanente y una profundización de la vida cristiana en sus actitudes fundamentales de fe y esperanza.

El tiempo de adviento está dividido en dos partes muy definidas: la primera, hasta el 16 de diciembre, y la segunda del 17 al 24 de diciembre. La primera es decir, hasta el 16, las profecías mesiánicas orientan nuestra mirada hacia la venida de Cristo, pero entendiéndola también como escatológica, la venida definitiva al final de los siglos. La segunda parte, desde el 17 al 24 de diciembre, es lo que se ha llamado "novena o semana santa de la Navidad", la mirada se centra más en la preparación pro´xima de la Navidad. O sea, de la celebración sacramental de la venida de Cristo, actualizada "hoy·, en la Navidad de este año concreto de nuestra historia.

Los días de adviento tienen un color entrañablemente mariano, que luego continuará a lo largo del tiempo de Navidad y de Epifanía, porque María de Nazaret, la Madre del Mesías, estuvo a su lado en todos estos acontecimientos por voluntad divina. Ella es el mejor símbolo de la Iglesia que celebra la venida de Cristo, la mejor Maestra a la espera de adviento, de la alegría acogedora de la Navidad y de la manifestación misionera de la Epifanía. Además, las fiestas de la Inmaculada, la Sagrada Familia y de Santa María Madre de Dios, dan todavía a estas semanas mayor contenido mariano.

Bien podemos hablas de María como Nuestra Señora del Adviento, Nuestra Señora de la Navidad y Nuestra Señora de la Epifanía.


La humilde mujer de Nazaret, verdadera "Hija de Sión", representante de todo el pueblo de Israel, y a la vez la primera cristiana que acogió la Salvación de Dios.






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