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miércoles, 20 de noviembre de 2019

QUÉ HACER ANTES DE ENTRAR EN LA JERUSALÉN ETERNA

Lectura del santo evangelio según san Lucas (19,11-28):

En aquel tiempo, dijo Jesús una parábola; el motivo era que estaba cerca de Jerusalén, y se pensaban que el reino de Dios iba a despuntar de un momento a otro.
Dijo, pues: «Un hombre noble se marchó a un país lejano para conseguirse el título de rey, y volver después. Llamó a diez empleados suyos y les repartió diez onzas de oro, diciéndoles: "Negociad mientras vuelvo." Sus conciudadanos, que lo aborrecían, enviaron tras él una embajada para informar: "No queremos que él sea nuestro rey." Cuando volvió con el título real, mandó llamar a los empleados a quienes había dado el dinero, para enterarse de lo que había ganado cada uno. El primero se presentó y dijo: "Señor, tu onza ha producido diez." Él le contestó: "Muy bien, eres un empleado cumplidor; como has sido fiel en una minucia, tendrás autoridad sobre diez ciudades." El segundo llegó y dijo: "Tu onza,
Santísimo Cristo de la Agonía
señor, ha producido cinco." A ése le dijo también: "Pues toma tú el mando de cinco ciudades." El otro llegó y dijo: "Señor, aquí está tu onza; la he tenido guardada en el pañuelo; te tenía miedo, porque eres hombre exigente, que reclamas lo que no prestas y siegas lo que no siembras." Él le contestó: "Por tu boca te condeno, empleado holgazán. ¿Conque sabías que soy exigente, que reclamo lo que no presto y siego lo que no siembro? Pues, ¿por qué no pusiste mi dinero en el banco? Al volver yo, lo habría cobrado con los intereses." Entonces dijo a los presentes: "Quitadle a éste la onza y dádsela al que tiene diez." Le replicaron: "Señor, si ya tiene diez onzas." "Os digo: 'Al que tiene se le dará, pero al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene.' Y a esos enemigos míos, que no me querían por rey, traedlos acá y degolladlos en mi presencia."»

Dicho esto, echó a andar delante de ellos, subiendo hacia Jerusalén.


COMENTARIO PERSONAL

El Señor nos advierte antes de entrar en Jerusalén, en las puertas de Jerusalén de nuestra tarea, de nuestra misión como seguidores, como apóstoles, como discípulos de su Evangelio, con la parábola nos aclara hasta que punto, según nuestro carisma, nuestros dones debemos de esforzarnos; porque para entrar en Jerusalén y dedicarnos al Señor tenemos que estar con él aún no estando el físicamente,
siendo resolutivos según la Palabra, y cumplir la misión consiguiendo transmitir las enseñanzas a los demás, conseguir que el reino de Dios llegue a todos los confines; estamos advertidos, porque esta tarea no es fácil, no nos quiere junto a él para estar cómodos, para calentar banco, para engordar como un cerdo, para mirar nuestro ombligo, todo lo contrario necesita una revolución de amor, de entrega, de humildad, de caridad cristiana, de comerse el mundo para nuestro Dios. La recompensa será el gozo de hacer la tarea encomendada, la entrada en el reino para siempre y estar juntos, en comunión perpetua, en felicidad plena.
En cambio, a los que no quieren al Señor, a esos como aquellos que en la parábola no querían al rey, serán anulados, perecerán y no habitaran en la nueva Jerusalén celestial.
Cuando el Señor nos anuncia todo esto después de la parábola, y en primer lugar, delante de todos nosotros sube para Jerusalén, después de Él subiremos nosotros, aquellos que sean capaces de seguirles por cumplir su dulce aunque difícil mandato.

Fabio Antonio Fernández Torres
Jefe del turno Virgen de las Penas
Adoración Nocturna Española
Málaga

martes, 19 de noviembre de 2019

ACENTOS NECESARIOS PARA NUESTRA ESPIRITUALIDAD

Acentos necesarios para nuestra espiritualidad

Todo discípulo de Jesús no lo es únicamente de una
doctrina determinada, de un aspecto sobresaliente o de un
matiz que le justifica modos y formas de vida, sino que el
discipulado viene por vinculación y comunión profunda con
su persona, que es el propio evangelio o reino de Dios.

Para vivir así, como discípulo y difundir el evangelio se nos exige mostrarnos
como hombres convertidos y libres, sin anteponer ningún otro interés ni ideología
personal, es más, se hace necesario incluso vivir con un profundo y real
desprendimiento de cosas sensibles que pueden devaluar los medios de la
propagación del evangelio. Sabemos que la preocupación por el dinero, las dos
túnicas o el cuidado de la alforja o el bastón, pueden distraernos y ser un obstáculo
para la tarea de la evangelización e incluso para una verdadera opción por Jesús y por
su seguimiento como discípulo.

La vocación de adorador ha de apuntar en la dirección de una espiritualidad de
desprendimiento y de confianza, para facilitar así los pobres medios que se nos dan
para la evangelización y testimoniar de esta forma el compromiso para ser verdaderos
evangelizadores, animando la vida de la comunidad a la que sirve y ha sido enviado
con espíritu apostólico. De ahí que debamos vivir en la confianza y en el abandono en
las manos de Dios. Pues, aunque sabemos que trabajaremos con medios escasos,
pobres y en ocasiones sin las mínimas herramientas, nuestra misión está siempre en
las manos del Señor: «lo que tengáis que hablar se os comunicará en aquel momento.
Porque no seréis vosotros los que habléis, sino el Espíritu de vuestro Padre es el que
hablará por vosotros».

Nuestra dirección es siempre la misma: caminar por los caminos del mundo y de la
historia a proclamar el evangelio. Y este mensaje es siempre el mismo, el reino de
Dios como proclamación del misterio pascual de Cristo muerto y resucitado con todo
su potencial salvador. Por lo que la fidelidad al mensaje se ha de transmitir con la
confianza en su poder salvador, en comunión con Cristo. Hay que confiar en Él, no
serán nuestra ideología ni nuestros criterios políticos o sociológicos, aunque estos
signos estén presentes como factores que componen la cultura y el mundo a donde
hemos sido llevados. Será la espiritualidad del evangelio y no la ideología que de él
podamos consumir lo que alentará la comunión con Cristo y con su cuerpo místico lo
que nos lleve a mostrar el evangelio con la fidelidad que exige para que este sea
verdaderamente el mensaje recibido y el mensaje que debemos llevar. «Id, pues, y ha-
ced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el
nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y
enseñándoles a guardar todo lo que yo os he
mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos
los días hasta el fin del mundo» (Mt 28, 19-20).

Está garantizado el fruto de nuestro envío, supuesta
esta fidelidad, especialmente cuando obramos en
comunión con Él y de unos con otros, en el envío de dos en dos y en la permanencia
de la caridad, en fraternidad apostólica. No es válido, pues, que la misión sea
entonces desde mi postura o ideología, o solo con los míos, se requiere la comunión
en Él y con los hermanos, «El que permanece en mí como yo en él, ese da mucho
fruto» (Jn 15, 5).

Federico Cortés Jiménez,
Director Espiritual Diocesano de ANE.

lunes, 18 de noviembre de 2019

EL CIEGO DE JERICÓ Y LOS CIEGOS DE FE

Lectura del santo evangelio según san Lucas (18, 35-43):

En aquel tiempo, cuando se acercaba Jesús a Jericó, había un ciego sentado al borde del camino, pidiendo limosna.
Al oír que pasaba gente, preguntaba qué era aquello; y le explicaron: «Pasa Jesús Nazareno.»
Entonces gritó: «¡Jesús, hijo de David, ten compasión de mí!»
Los que iban delante le regañaban para que se callara, pero él gritaba más fuerte: «¡Hijo de David, ten compasión de mí!»
Jesús se paró y mandó que se lo trajeran.
Cuando estuvo cerca, le preguntó: «¿Qué quieres que haga por ti?»
Él dijo: «Señor, que vea otra vez.»
Jesús le contestó: «Recobra la vista, tu fe te ha curado.»
En seguida recobró la vista y lo siguió glorificando a Dios. Y todo el pueblo, al ver esto, alababa a Dios.


COMENTARIO PERSONAL DEL EVANGELIO DE HOY 18 DE NOVIEMBRE DEL 2019.

¡Qué fe más grande tendría el ciego de Jericó que el Señor le hizo recobrar la vista!
De verdad sabía que era el Salvador, que lo liberaría de su ceguera física; nada más enterarse que estaba el Señor por el camino le daba igual todo, no prestaba antención a los que le reprendían por gritar, nosotros debemos superar también todas las trabas, las penalidades, las insidias del mal para llamar la atención del Señor;  el gritaba fuerte para que se fijara en el, lo consiguió y consiguió la petición de tener vista.
Si buscas al Señor, no mires para
otro lado, llama su atención

Los ciegos de fe, si deciden buscar al Señor, deben pedirle recobrar la vista de la fe, y el Señor que es misericordioso dará gloria y lo concederá; siempre está pasando por el camino cerca de donde estamos, viendo Él una verdadera fe nos llamará y nos dará la inmensidad del gozo que conlleva llevar la fe en el corazón, una felicidad grandiosa que aunque estemos inmersos en las miserias y penalidades de este mundo estaremos gozosos de estar junto al Señor.
Habrá un momento que si llamamos al Señor, éste se parará y estando delante nuestra nos hará la gran pregunta, la misma que le hizo al ciego de Jericó: ¿Qué quieres que haga por tí?

Fabio Antonio Fernández Torres
Jefe del turno Virgen de las Penas
Adoración Nocturna Española
Málaga

ORACION A LA VIRGEN DE LA SOLEDAD

ORACIÓN A LA VIRGEN DE LA SOLEDAD


Bajo tu amparo nos acogemos,
Santa Madre de Dios.
Camina Tu a nuestro lado,
habita en nuestros hogares.
Que notemos siempre tu presencia de madre.

Te necesitamos.
Ayúdanos a sufrir con amor y esperanza,
para que nuestro dolor,
asociado al tuyo y al de tu Hijo,
tenga valor en manos de Dios Padre,
y se transforme en gracia
para la salvación del mundo.

Virgen de la Soledad, ruega por nosotros.

Virgen de la Soledad, Iglesia del Santo Cristo de la Salud. Málaga



martes, 5 de noviembre de 2019

VIGILIA DE NOVIEMBRE. Viernes 8 de noviembre a las 21 horas.

La vigilia de noviembre se celebrará el próximo viernes 8 de noviembre a las 21 horas en el Oratorio Santa María Reina de la Hermandad de las Penas.
En esta ocasión el tema de reflexión versará sobre la Liturgia de las Horas, a continuación os dejo el  texto sobre el que hay que reflexionar copiado de la web del Consejo Nacional de la Adoración Nocturna Española, el cual se trata por igual en todos los Consejos Diocesanos de España.



LA LITURGIA DE LAS HORAS

         Hemos ido señalando a lo largo de estas reflexiones que la diferencia entre oración vocal y la
contemplativa es de medio de expresión pero nunca de esencia. Toda oración es siempre un diálogo y no un monólogo que hacemos en voz alta o en silencio. Si no tenemos presente a ese Alguien al que le dirigimos las palabras, será cualquier cosa menos oración. La oración es siempre encuentro con quien sabemos nos ama.
         Decía Don Luis de Trelles: “Porque la perfección en la obra es el idioma del amor y, el que ama, quiere ser elocuente y expresivo y su compostura ha de expresar el afecto que le anima, manifestándolo en las menores circunstancias de su obra.
Cada uno de los accidentes (léase: detalles poco importantes) de ella  da ocasión a traducir al exterior la íntima aspiración del alma, pues las manifestaciones del afecto deben ser adecuadas a la excelencia de la persona amada.” (LS, T XI, 1880, pags. 91-92).
         La oración está asociada a la virtud de la Fe: creemos en las verdades que proclamamos en el credo. La oración está asociada a la virtud de la religión: A tan gran Dios nos sentimos inclinados a dar el culto merecido, a tal Señor, tal honor. A la oración está asociada la virtud de la piedad: “traducir al exterior la íntima aspiración del alma”. “La piedad en su esencia  hace visible lo invisible, perceptible lo inaudito y hasta oíble; tangible, lo intangible, y convierte el olor del incienso en una señal de la grandeza de Dios, y en su alabanza.
      
  Meditad estas palabras “la perfección en la obra es el idioma del amor”.  El secreto en este caso de la oración  es transformar nuestras palabras en idioma del amor.  Piensa en con quién hablas, la maravilla de un Dios, omnipotente, Señor del cielo y de la tierra. Pero tan cercano que su presencia humilde en un pedazo de pan nos puede hacer olvidar su grandeza. Estamos ante el Señor. Lo lógico sería postrarnos en tierra sin osar ni levantar la cabeza. Y sin embargo lo que quiere es nuestra correspondencia amorosa. Y ¿cómo lo vamos a conseguir? Haciendo bien aquello que en ese momento tenemos que hacer.  ¿Cómo harás la genuflexión si se lo haces al Dios de toda la creación?  Y ¿Cómo recitarás la liturgia de las horas?
         Don Luis, adelantándose a los tiempos, sorprendió a los entendidos de que introdujese en el esquema de cada vigilia de la Adoración Nocturna el rezo de las horas.  Parecía que sólo tenían derecho y obligación a rezarlo los consagrados, pero no los laicos. En la Iglesia primitiva no fue así. Don Luis adivinó que si la Liturgia de las Horas era la oración con que oficialmente La Iglesia alaba a Dios, bien debían ejercitarla junto al rezo del rosario, la lectura contemplativa y el prodigio de la misa, los adoradores nocturnos seglares. La Adoración nocturna es una escuela de amor y una escuela de oración, eminentemente prácticas. El adorador  debe convertir  lo ejercitado en una noche en estilo de vida permanente. Haga lo que haga,  ¡en presencia de Dios!: rece un salmo, haga una comunión espiritual,  asista a misa, prepare la comida, lea, escriba o eche de comer a los pájaros.  No olvidéis:  el adorador (hombre y mujer)  ha de convertirse en lamparilla del santuario. Eso esperaba y deseaba Don Luis.  Lucecitas insignificantes que recuerden a este mundo que Dios está aquí. Lo tremendo y admirable es que el mismo Dios nos lo pide a pesar de nuestras limitaciones y miserias.
         Permitidme acudir de nuevo al Catecismo de la Iglesia Católica, la obra que debíamos tener  siempre a nuestro alcance. En tiempos de tanta confusión es guía segura para todas nuestras inquietudes.
Me impresiona que a La Liturgia de las Horas la Iglesia la llame también “Oficio divino”.  Cada número daría pie para una meditación reposada:
          Os selecciono  el 1174:
         1174 El Misterio de Cristo, su Encarnación y su Pascua, que celebramos en la Eucaristía, especialmente en la asamblea dominical, penetra y transfigura el tiempo de cada día mediante la celebración de la Liturgia de las Horas, "el Oficio divino" (cf SC IV). Esta celebración, en fidelidad a las recomendaciones apostólicas de "orar sin cesar" (1 Ts 5,17; Ef 6,18), "está estructurada de tal manera que la alabanza de Dios consagra el curso entero del día y de la noche" (SC 84). Es "la oración pública de la Iglesia" (SC 98) en la cual los fieles (clérigos, religiosos y laicos) ejercen el sacerdocio real de los bautizados. Celebrada "según la forma aprobada" por la Iglesia, la Liturgia de las Horas "realmente es la voz de la misma Esposa la que habla al Esposo; más aún, es la oración de Cristo, con su mismo Cuerpo, al Padre" (SC 84).
          ¿Qué os resaltaría?
          1º El texto está extraído de la constitución Sacrosanctum Concilium.
         2º la Liturgia de las Horas “está estructurada de tal manera que la alabanza de Dios consagra el curso entero del día y de la noche” (SC 84).
          3º Es “la oración pública de la Iglesia” (SC 98) en la cual los fieles –clérigos, religiosos y laicos– ejercen el sacerdocio real de los bautizados.
          4º Celebrada “según la forma aprobada” por la Iglesia, la Liturgia de las Horas “realmente es la voz de la misma Esposa la que habla al Esposo; más aún, es la oración de Cristo, con su mismo Cuerpo, al Padre” (SC 84).
          Por el interés que tiene para nosotros Adoradores os adelanto  el nº 1178
         “La Liturgia de las Horas, que es como una prolongación de la celebración eucarística, no excluye sino acoge de manera complementaria las diversas devociones del Pueblo de Dios, particularmente la adoración y el culto del Santísimo Sacramento.”
          Cada momento que la entretejen  tiene un sentido admirable:
         “1177 Los himnos y las letanías de la Oración de las Horas insertan la oración de los salmos en el tiempo de la Iglesia, expresando el simbolismo del momento del día, del tiempo litúrgico o de la fiesta celebrada. Además, la lectura de la Palabra de Dios en cada hora (con los responsorios y los troparios que le siguen), y, a ciertas horas, las lecturas de los Padres y maestros espirituales, revelan más profundamente el sentido del Misterio celebrado, ayudan a la inteligencia de los salmos y preparan para la oración silenciosa. La lectio divina, en la que la Palabra de Dios es leída y meditada para convertirse en oración, se enraíza así en la celebración litúrgica.”
          Está recomendada a todo el Pueblo de Dios y al referirse a los laicos  utiliza una expresión que nos implica a los adoradores: “reunidos entre sí”:
          1175 La Liturgia de las Horas está llamada a ser la oración de todo el Pueblo de Dios. En ella, Cristo mismo "sigue ejerciendo su función sacerdotal a través de su Iglesia" (SC 83); cada uno participa en ella según su lugar propio en la Iglesia y las circunstancias de su vida: los sacerdotes en cuanto entregados al ministerio pastoral, porque son llamados a permanecer asiduos en la oración y el servicio de la Palabra (cf. SC 86 y 96; PO 5); los religiosos y religiosas por el carisma de su vida consagrada (cf SC 98); todos los fieles según sus posibilidades: "Los pastores de almas deben procurar que las Horas principales, sobre todo las Vísperas, los domingos y fiestas solemnes, se celebren en la iglesia comunitariamente. Se recomienda que también los laicos recen el Oficio divino, bien con los sacerdotes o reunidos entre sí, e incluso solos" (SC 100).
          Finalmente nos pide una actitud y una tarea:
          1º “Armonizar la voz con el corazón”. Es decir: convertir el rezo en oración. ¿No se  lo recitamos a quien sabemos nos ama?
          2º Formación: en ello estamos: “adquirir una instrucción litúrgica y bíblica más rica especialmente sobre los salmos". 
PREGUNTAS BÁSICAS
          1ª  ¿Qué diferencia existe entre leer en voz alta “La sirenita de Ándersen y recitar en el turno de vela el salmo 50? ¿Por qué la primera es un ejercicio literario, aunque se lo leas a tus nietos o incluso al mismo Rey? ¿Cuándo el salmo recitado lo convertimos en oración?
          2ª En la vigilia tuya, cuando  recitas los salmos, o los himnos o lees una lectura, aunque lo hagáis entre varios ¿oráis por cuenta propia o lo hacéis en nombre de la Iglesia, salmodiando lo que la Iglesia salmodia? La Adoración Nocturna  tiene como sello distintivo orar como ora la Iglesia
          3ª  Qué significan estas dos frases: armonizar la voz con el corazón”  y “La perfección de la obra es el lenguaje del amor”. ¿En qué sentido dicen lo mismo?



lunes, 4 de noviembre de 2019

Darnos con gratuidad, sin intereses al prójimo.

Lectura del santo evangelio según san Lucas (14,12-14):

En aquel tiempo, dijo Jesús a uno de los principales fariseos que lo había invitado: «Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos; porque corresponderán invitándote, y quedarás pagado. Cuando des un banquete, invita a pobres, lisiados, cojos y ciegos; dichoso tú, porque no pueden pagarte; te pagarán cuando resuciten los justos.»


COMENTARIO PERSONAL:

¡Guauuuu! ¡Qué grande es el Señor!

Enseña con su Palabra siempre amor, verdadera caridad.
Pide al fariseo que invite a quien no puede dar nada a cambio, a los más desfavorecidos. De esta forma estará dando y compartiendo amor de veras.

Siempre ponemos como objetivo de una acción una reacción, invitamos, en la mayoría de los casos, para recibir algo a cambio; aquí está el ejemplo culinario pero esto se puede trasladar a todo; hacer algo con la intención de conseguir algo no desinteresadamente sino con lo contrario, el de ser unos interesados, yo presto mis servicios aquí para conseguir una especie de fama que luego repercuta en mi ego y en mi beneficio social y económico.
No todo en la vida debe ser un te doy para luego recibir, tenemos que ofrecer con gratuidad por gozo de satisfacer, de servir al prójimo, ni siquiera con la intención de que los demás vean lo generoso que uno es sino desde la humildad con un corazón generoso, sin pretensiones.
Es el ejemplo que Jesús le da a este fariseo de los principales, es el ejemplo que nos da a nosotros. Actuemos como quiere el Señor, demos con gratuidad, sin intereses.

Fabio Antonio Fernández Torres
Jefe del turno Virgen de las Penas
Málaga

domingo, 3 de noviembre de 2019

AY, AY ZAQUEO TU FE TE SALVÓ

Lectura del santo evangelio según san Lucas (19,1-10):

EN aquel tiempo, Jesús entró en Jericó e iba atravesando la ciudad.
En esto, un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de ver quién era Jesús, pero no lo lograba a causa del gentío, porque era pequeño de estatura. Corriendo más adelante, se subió a un sicomoro para verlo, porque tenía que pasar por allí.
Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y le dijo:
«Zaqueo, date prisa y baja, porque es necesario que hoy me quede en tu casa».
Él se dio prisa en bajar y lo recibió muy contento.
Al ver esto, todos murmuraban diciendo:
«Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador».
Pero Zaqueo, de pie, dijo al Señor:
«Mira, Señor, la mitad de mis bienes se la doy a los pobres; y si he defraudado a alguno, le restituyo cuatro veces más».
Jesús le dijo:
«Hoy ha sido la salvación de esta casa, pues también este es hijo de Abrahán. Porque el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido».

COMENTARIO PERSONAL:


Cuando uno no llega, ya sea como Zaqueo por estatura, o no llega por estar muy perdido, muy desapercibido, tiene que hacerse notar, buscar a Jesús hasta que el mire y reconozca la fe que llevamos en el corazón, porque si es de verdad, entrará y nos sanará, recibiremos la fuerza del Señor.

Tachado de pecador por todos, que dirán ese es un pecador, ¿dónde va? ¿de que le sirve entrar en el templo, en la iglesia? Pero en oración con el Señor le podemos ofrecer nuestro cambio, como Zaqueo en aquel tiempo y delante del Señor le decía; nosotros ofrecerle un cambio en nuestra vida pecadora, ser humildes, caritativos y propagadores de la fe. Con este cambio notaremos la presencia de Jesucristo en nosotros y estaremos recuperados para la fe.

Aquí recordar que los últimos serán los primeros, y viceversa; recordar también la parábola de los jornaleros, que unos trabajaron toda la jornada, otros media, otros aún menos y el patrón pagó lo mismo a unos que a otros; no se puede medir la fe de los que la poseen y el Señor a todos recuperará, como Él nos decía: "El Hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido".

Cómo cuando a Zaqueo, si el Señor nos mira, nos busca, nos llama, sentimos esa llamada, hay que actuar presto, rápido cómo Zaqueo, y recibirlo con todo nuestro ser, no se puede dejar pasar la oportunidad porque ganaremos la gracia y gozaremos de la felicidad que inunda nuestro corazón y ya a pesar de las penalidades, dolencias y maldades de esta vida terrenal siempre tendremos el gran alivio de tener a Jesucristo con nosotros, nos entregaremos a servirle, a propagar la fe en los demás y en compartir con el prójimo caridad cristiana.

Fabio Antonio Fernández Torres
Jefe del Turno Virgen de las Penas
Málaga

viernes, 1 de noviembre de 2019

VIGILIA GENERAL DE DIFUNTOS.1 de noviembre a las 21.30 h.

Vigilia General de Difuntos,Iglesia del Santo Cristo de la Salud día 1 de noviembre, 21:30 horas 

 La Vigilia General de Difuntos se celebrará el día 1 de noviembre, viernes. Tendrá lugar en la iglesia
del Santo Cristo de la Salud, comenzando a las 21:30 horas. Será en sufragio de las almas de todos nuestros hermanos adoradores fallecidos y en especial de las de aquellos que, desde la anterior Vigilia, han sido llamados a la Casa del Padre.

En esta fiesta de los Difuntos y durante la Eucaristía podemos gozar de la Comunión en la Mesa de Altar acompañados de ellos, los que se encuentran junto al Padre Celestial, siempre es así, pero especialmente en este día que nos acordamos más intensamente de su presencia cuando estuvieron en esta vida terrenal; ya resucitados, al igual que nosotros tomamos el Cuerpo del Señor, ellos también acuden a esta Comunión.
Nos dice la lectura de la primera carta del apóstol s. Pablo a los corintios:
 "Hermanos: Si anunciamos que Cristo resucitó entre los muertos, ¿cómo es que dice algunos de vosotros que los muertos no resucitan? Si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó; y, si Cristo no ha resucitado, nuestra predicación carece de sentido y vuestra fe lo mismo."


De modo, que como Cristo sí ha resucitado y nos libró de los pecados, los muertos también resucitan y gozan de la vida eterna, es verdaderamente nuestra fe, gozar de la resurrección y tener una vida eterna, libre de las perversidades de la vida terrenal donde tenemos que llevar cada uno la cruz y ser perseverante en la Palabra del Señor, seguir su camino para después gozar de sus promesas.

Con María la Virgen Santísima, si nos apegamos a Ella, si seguimos su estela, estaremos protegidos como si fuese un escudo contra el mal y seguro que podremos vencer las tentaciones que a cada momento surgen en esta vida nuestra, ese mal es el demonio cuya intención es destruir el reino de amor, pero sabemos que no lo conseguirá porque con la oración al Señor,  con la fuerza que nos transmite el Espíritu Santo sucumbirá y saldremos victoriosos y llenos de gloria.

En este día nos acordaremos de los que estuvieron con nosotros compartiendo momentos, situaciones, anhelos, aspiraciones, objetivos, metas, oraciones, etc.. y su falta nos causa dolor, aunque es cierto que nuestra fe alivia ese mismo dolor al saber que están gozando de una vida muchísimo mejor junto a nuestro Señor Todopoderoso.

Entrada destacada

VIGILIA DE ABRIL, Viernes 19 en el Oratorio de las Penas