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viernes, 11 de octubre de 2019

EL DEDO DE DIOS ES EL PODER

Lectura del santo evangelio según san Lucas (11,15-26):

En aquel tiempo, habiendo echado Jesús un demonio, algunos de entre la multitud dijeron:«Si echa los demonios es por arte de Belzebú, el príncipe de los demonios.»
Otros, para ponerlo a prueba, le pedían un signo en el cielo.
Él, leyendo sus pensamientos, les dijo: «Todo reino en guerra civil va a la ruina y se derrumba casa tras casa. Si también Satanás está en guerra civil, ¿cómo mantendrá su reino? Vosotros decís que yo echo los demonios con el poder de Belzebú; y, si yo echo los demonios con el poder de Belzebú, vuestros hijos, ¿por arte de quién los echan? Por eso, ellos mismos serán vuestros jueces. Pero, si yo echo los demonios con el dedo de Dios, entonces es que el reino de Dios ha llegado a vosotros. Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros. Pero, si otro más fuerte lo asalta y lo vence, le quita las armas de que se fiaba y reparte el botín. El que no está conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo desparrama. Cuando un espíritu inmundo sale de un hombre, da vueltas por el desierto, buscando un sitio para descansar; pero, como no lo encuentra, dice: "Volveré a la casa de donde salí." Al volver, se la encuentra barrida y arreglada. Entonces va a coger otros siete espíritus peores que él, y se mete a vivir allí. Y el final de aquel hombre resulta peor que el principio.»

COMENTARIO PERSONAL.

Leer y releer, reflexionar, estudiar con mucho detenimiento para lograr comprender estos versículos del Evangelio según San Lucas.
Jesús explica a los desconfiados que el sana con el poder, con la autoridad de Dios, cuando les nombre lo del "dedo de Dios", no les da ninguna señal en el cielo para que lo crean como le piden otros, el les habla del reino de Dios. 
Únicamente este poder es capaz de eliminar al demonio del interior del cuerpo de un hombre o mujer, y con la perseverancia en la fe, hacer que no pueda volver y mucho menos acompañados de más espíritus inmundos. Queda sanado y lleno de Espíritu Santo, el que impide el regreso de ningún demonio.
El Espíritu Santo es el vencedor, gana la guerra a Belzebú.
Cristo explica que solo hay un camino para vencer, por eso les dice "el que no está conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo desparrama.



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