En aquel tiempo, entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa. Esta tenía una hermana llamada María que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra.
Y Marta, se multiplicaba para dar abasto con el servicio; hasta que se paró y dijo: «Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola con el servicio? Dile que me eche una mano».
Pero el Señor le contestó: «Marta, Marta, andas inquieta y nerviosa con tantas cosas; sólo una es necesaria. María ha escogido la parte mejor y no se la quitarán.»
COMENTARIO PERSONAL:
Embotados en tantos temas presumiblementes importantísimos estamos todos metidos y no dedicamos a lo verdaderamente importante el tiempo necesario: unos acusando a sus hermanos en el Señor; otros inmersos en lo material y mundano, todo a la postre resulta hipocresía y fatalidad, lo importante es amar al prójimo, amar a Dios, estar al lado del Señor y escuchar su Palabra.
¿En la vida normal, cuanto tiempo dedicamos a estar junto al Señor?
No tengo tiempo. Pero veo futbol, en el bar soy capaz de estar unas pocas de horas entre risas y charlas, Voy a una reunión de la asociación a la que pertenezco y discutimos horas y días sobre si se ponen estos o aquellos adornos en una fiesta, si invitamos a estos o a esos, etc.. En la Cofradía dedicamos reuniones una y otra vez sobre como se adorna este culto o aquel culto, como será la procesión, etc..miles de horas dedicadas, y al Señor, ¿cuántas? Pasamos de largo por el Sagrario y lo dejamos abandonado. (Recordando a San Manuel González).
¿Somos capaces durante el trabajo, el estudio o las actividades que realizamos estar con el Señor un rato?, ¿un ratito al menos? Poco, poquísimo o nada.
En cambio, el Señor, siempre está presto, no nos abandona ni un momento y desea que seamos sus acompañantes.
Siempre estamos a tiempo, nunca es tarde, siempre es buen momento para empezar a escuchar al Señor.
Fabio Antonio Fernández Torres.
Jefe del turno Virgen de las Penas.
Málaga.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
comentar...